La incapacidad permanente es una situación en la que una persona, tras sufrir una enfermedad o accidente, queda con limitaciones físicas o mentales que le impide desarrollar su trabajo habitual.
Sin embargo, esto no significa que esa persona no pueda volver a trabajar. Dependiendo del grado de incapacidad y de las condiciones particulares de cada caso, hay trabajos compatibles con determinadas incapacidades.
Trabajos compatibles con la incapacidad permanente
En el caso de la incapacidad permanente total, el trabajador queda inhabilitado para ejercer su profesión habitual, pero no para realizar otras actividades laborales. Esto permite que la persona busque empleo en otros sectores o roles que no requieran las mismas capacidades físicas o mentales que su trabajo anterior. Por ejemplo, un trabajador de la construcción que sufre una lesión que le impide seguir trabajando en su puesto, puede encontrar oportunidades en áreas como la administración, la atención al cliente, o incluso trabajos por cuenta propia, como asesorías o consultorías.
Las opciones laborales para quienes tienen una incapacidad permanente total son amplias, ya que la limitación se circunscribe a la profesión que desempeñaban antes de la incapacidad. El teletrabajo es una alternativa atractiva, ya que permite realizar tareas desde casa, reduciendo la necesidad de desplazamientos o esfuerzos físicos, lo que es ideal para personas con movilidad reducida o con limitaciones en su capacidad física.
Además, las empresas están cada vez más obligadas a adaptar los puestos de trabajo para personas con discapacidad, gracias a legislaciones más inclusivas. Por tanto, aquellos que se encuentren en situación de incapacidad permanente total pueden acceder a roles que incluyan tareas más sencillas, pero que no comprometan su salud o condición física.
Cuándo no se podrá trabajar
Por otro lado, si el trabajador ha sido declarado en situación de incapacidad permanente absoluta o gran invalidez, el panorama laboral se reduce considerablemente. En estos casos, la incapacidad afecta a la realización de cualquier tipo de trabajo. La incapacidad permanente absoluta inhabilita al trabajador para desarrollar cualquier empleo, lo que lo excluye del mercado laboral en su totalidad. Sin embargo, algunos individuos en esta situación optan por realizar trabajos no formales o actividades que no requieran un esfuerzo físico o mental excesivo, aunque no es lo habitual ni lo recomendado.
Respecto a la gran invalidez, esta categoría se refiere a aquellas personas que, además de no poder trabajar, necesitan la asistencia de otra persona para realizar tareas básicas del día a día, como vestirse o alimentarse. En estos casos, la posibilidad de reincorporarse a algún tipo de trabajo es prácticamente nula.
Ahora bien, en el caso de las personas mayores de 55 años que reciben una incapacidad permanente total, se les reconoce un complemento económico adicional del 20% si, debido a su situación geográfica, social o personal, es complicado que puedan encontrar empleo en una actividad diferente a la habitual. Sin embargo, es importante destacar que este complemento se suspende si el beneficiario encuentra un nuevo empleo, ya que no es compatible con la pensión.
El sector público y privado se encuentran cada vez más comprometidos en la inserción laboral de personas con discapacidades. Diversos programas de fomento de empleo y subvenciones a empresas ayudan a que los trabajadores con incapacidad permanente total puedan continuar con su vida laboral, siempre en condiciones compatibles con su estado de salud.