Cuando se trata de herencias, la existencia de un testamento es el elemento clave que puede evitar conflictos futuros. Este documento, que en esencia refleja la última voluntad de una persona respecto a la distribución de sus bienes y derechos, es fundamental para garantizar que los deseos del fallecido se respeten y que los herederos puedan recibir su parte del patrimonio sin complicaciones legales.
La principal función del testamento es definir de manera clara cómo se distribuirán los bienes y derechos de una persona una vez que haya fallecido. Este acto, conocido como la «sucesión«, implica que el testador (la persona que redacta el testamento) puede establecer no solo quiénes serán sus herederos, sino también en qué proporción y bajo qué condiciones recibirán la herencia.
De este modo, el testamento actúa como una guía que previene la aparición de conflictos entre los herederos y asegura que los bienes sean distribuidos de acuerdo con la voluntad del fallecido.
Herencia sin testamento
A pesar de su importancia, no todas las personas toman la decisión de hacer un testamento, lo que puede desencadenar problemas serios. En ausencia de este documento, entra en juego la ley, que establece un orden de sucesión que no siempre refleja los deseos del fallecido. Esto, en muchas ocasiones, puede causar disputas entre familiares, especialmente cuando no hay acuerdo sobre la distribución de los bienes.
El testamento, además, es un documento revocable, lo que significa que puede ser modificado o anulado en cualquier momento, siempre que el testador se encuentre en pleno uso de sus facultades mentales. Esto le otorga al individuo la posibilidad de adaptarlo a las circunstancias cambiantes de su vida, ya sea por la adquisición de nuevos bienes, el nacimiento de nuevos herederos, o simplemente un cambio de voluntad respecto a la herencia.
Cuánto cuesta hacer un testamento
Uno de los aspectos más destacados del testamento es que su elaboración es sencilla y relativamente económica. Redactar un testamento ante notario en España tiene un coste aproximado de 40 euros, un precio accesible considerando los problemas que puede evitar a futuro. Además, el proceso es ágil, lo que permite a cualquier persona dejar por escrito sus deseos sin necesidad de pasar por trámites largos o complejos.
En el testamento, el testador también puede designar un albacea, una figura de gran relevancia en ciertas herencias, especialmente aquellas que involucran grandes patrimonios o numerosos herederos. El albacea es responsable de velar por el cumplimiento de la voluntad del testador y puede ser crucial para evitar conflictos entre los beneficiarios. Se recomienda que esta figura sea de confianza y que posea conocimientos jurídicos para facilitar la gestión de la herencia.
En cuanto a quiénes pueden otorgar testamento, el Código Civil establece ciertas restricciones. No pueden hacerlo los menores de 14 años, las personas que no estén en pleno uso de sus facultades mentales y las personas jurídicas. Fuera de estas excepciones, cualquier persona física mayor de edad puede realizarlo, siendo un acto personal e intransferible.
Si una persona fallece sin haber dejado testamento, la ley será la encargada de decidir el destino de los bienes a través de lo que se denomina sucesión intestada. Este proceso, si bien está regulado por el Código Civil, puede no coincidir con los deseos del fallecido y generar tensiones entre los herederos.