La subida del Impuesto sobre Sucesiones ha provocado preocupación entre las familias, que ya están buscando alternativas para no tener que asumir el impacto fiscal.
Esta subida en los impuestos, impulsado por el Gobierno, ha generado un notable incremento en las donaciones en vida y los pactos sucesorios, especialmente en comunidades autónomas donde este tipo de acuerdos están permitidos, como Galicia, Baleares y el País Vasco. Los contribuyentes han comenzado a reorganizar su patrimonio, anticipándose a lo que consideran un golpe financiero inminente.
La iniciativa de cobrar más impuestos a las herencias no es nueva. Sumar, liderado por Yolanda Díaz, había planteado cambiar el impuesto para grandes patrimonios para recaudar más fondos y equilibrar el sistema fiscal. La idea fue rechazada, pero ahora ha resurgido con más fuerza en las últimas semanas, especialmente tras la presentación del programa de Sumar, que plantea incluir esta reforma en los Presupuestos de 2025.
Subida de impuestos a las herencias
El Gobierno también ha manifestado su intención de avanzar en la llamada «armonización fiscal», una medida que busca uniformar la carga tributaria entre las distintas comunidades autónomas. En este sentido, impuestos como el de Sucesiones y Patrimonio, cedidos a las regiones, están en el centro del debate. Madrid, por ejemplo, ha mantenido bonificaciones que prácticamente eliminan el Impuesto sobre Sucesiones, una estrategia que otras comunidades no pueden permitirse y que, según el Ejecutivo, está vaciando las arcas públicas de manera desigual.
Este contexto ha provocado una rápida respuesta entre aquellos que desean evitar el incremento fiscal. Los pactos sucesorios y las donaciones en vida se han convertido en herramientas clave para muchos ciudadanos. El llamado «pacto sucesorio» es una figura jurídica que permite transferir bienes a los herederos antes del fallecimiento del titular, evitando así las elevadas tasas del Impuesto sobre Sucesiones. Estas fórmulas son especialmente populares en comunidades con Derecho Civil propio, como Aragón, Cataluña y Navarra.
Impuesto a las grandes fortunas
Por otro lado, el reciente Impuesto a las Grandes Fortunas, que entró en vigor en 2022, ha servido como un ensayo para lo que podría ser la reforma del Impuesto sobre Sucesiones. Aunque el impuesto ha sido avalado por el Tribunal Constitucional, su recaudación ha sido menor a la prevista, alcanzando apenas los 600 millones de euros, muy por debajo de las expectativas del Gobierno. Este hecho ha generado incertidumbre sobre el verdadero impacto de una posible subida en los impuestos sobre herencias.
Los expertos en fiscalidad advierten que, aunque las donaciones en vida parecen una salida fácil, no están exentas de riesgos. En muchos casos, estas transferencias también están sujetas a impuestos y pueden conllevar obligaciones fiscales imprevistas. Además, las autoridades han endurecido los controles sobre estas prácticas, conscientes de que muchos contribuyentes intentan evitar las futuras reformas fiscales.
Por tanto, la perspectiva de un incremento en el Impuesto sobre Sucesiones ha generado un clima de incertidumbre entre los ciudadanos. Mientras el Gobierno avanza en sus planes de reforma, muchas familias ya están tomando medidas para proteger su patrimonio. Lo que queda por ver es cómo evolucionará esta situación y si la armonización fiscal realmente logrará el equilibrio que el Ejecutivo pretende, o si, por el contrario, provocará un éxodo patrimonial a través de fórmulas legales como las donaciones y pactos sucesorios.
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