Las pensiones van a subir cuando comience el próximo año ajustándose al Índice de Precios de Consumo (IPC), y que va depender de cómo han evolucionado los precios durante este año 2024. una cifra que refleja cómo han variado los precios de productos y servicios que todos usamos a diario.
La de jubilación, viudedad y la incapacidad permanente, aumentarán dependiendo del IPC interanual, lo que quiere decir que si los precios suben (que lo han hecho), las prestaciones también suben y así los pensionistas no pierdan poder adquisitivo.
Aunque el dato del IPC no se conocerá hasta el mes de diciembre diciembre, los datos que se tienen desde diciembre de 2023 hasta hoy hacen prever que la subida será aproximadamente un 3,06%.
Este porcentaje puede parecer pequeño pero se ajusta a la subida de los precios. En 2023, las pensiones aumentaron un 8,5%, debido a la inflación desatada en ese periodo. En cambio, para 2024, la subida fue de un 3,8%. En 2025 la tendencia es similar (aunque un poco más baja) que en 2025. Subirán algo menos las pensiones porque han subido menos los precios.
Aumento de la pensión máxima y mínima
Las pensiones no suben igual, y las máximas de jubilación van a tener un tratamiento especial. Además del aumento del IPC, estas pensiones tendrán un extra de 0,115 puntos porcentuales. para aliviar un poco más a aquellos con pensiones más altas.
Para quienes reciben pensiones mínimas o no contributivas, habrá una subida mayor a la del IPC, como parte de un plan de mejora de las pensiones más bajas. El objetivo es que estas pensiones se equiparen al umbral de pobreza para que los beneficiarios puedan tener mejor calidad de vida.
Las pensiones mínimas de jubilación continuarán subiendo para que en el año 2027 se equiparen completamente al umbral de pobreza, un paso importante en la lucha contra la desigualdad, ya que busca reducir en un 30% la brecha que existe entre las pensiones más bajas y el nivel mínimo necesario para vivir sin caer en la pobreza.
Lo mismo ocurrirá con las pensiones de viudedad, que subirán para estar más cerca de las pensiones de jubilación. Las pensiones no contributivas, que incluyen la jubilación, invalidez y el Ingreso Mínimo Vital, también seguirán este camino, con una meta de alcanzar el 75% del umbral de pobreza para el año 2027.
Por último el complemento de brecha de género, una ayuda extra para las mujeres que han visto afectada su pensión por dedicar tiempo al cuidado de hijos o familiares. En 2025, este complemento aumentará un 10% extra, sumado a la revalorización del IPC, lo que representa un respiro adicional para quienes lo perciben.
2025 será un año de incrementos moderados pero importantes para las pensiones. Aunque la subida exacta se confirmará a finales de noviembre con la publicación del IPC adelantado, todo apunta a que las pensiones van a mantener el poder adquisitivo de los pensionistas. Lo que está claro es que el objetivo a largo plazo es mejorar la calidad de vida de quienes dependen de estas prestaciones, reduciendo la brecha económica que afecta a los pensionistas más vulnerables.