Cuando aparcamos, muchos de nosotros solemos plegar los retrovisores. Tal vez lo hacemos para evitar golpes inesperados o simplemente porque nuestro coche lo hace automáticamente al apagarlo. Sin embargo, la DGT tiene algo que decir al respecto, y es que plegar los retrovisores podría no ser la mejor idea, y lo explican con bastante claridad.
En los coches más modernos, los retrovisores se pliegan automáticamente al apagar el motor. Este avance tecnológico, que parecía una bendición para los conductores, tiene una pequeña trampa. Aunque puede parecer que cerrarlos protege nuestro vehículo, la realidad es que puede ponernos en una situación más vulnerable.
Los retrovisores no son solo para ti
El detalle que muchos no consideran es que los retrovisores no solo son útiles cuando estamos conduciendo, sino también cuando el coche está estacionado. ¿Por qué? Pues, los retrovisores abiertos permiten que otros conductores perciban mejor la verdadera anchura de tu vehículo. Si los plegamos, estamos «ocultando» parte de esa referencia visual, lo que puede llevar a que otros vehículos pasen más cerca del tuyo de lo que deberían, aumentando el riesgo de rozaduras o golpes.
Es decir, cuando dejamos los retrovisores desplegados, los demás conductores son más conscientes del espacio que ocupamos. Esto les obliga a maniobrar con más cuidado, manteniendo una distancia prudente de nuestro coche.
Además de esto, los retrovisores tienen otra utilidad poco conocida que puede hacernos la vida más fácil al aparcar. Algunos coches cuentan con una función que ajusta automáticamente el retrovisor lateral al poner la marcha atrás, permitiendo ver mejor la acera. Si tu vehículo no tiene esta función, siempre puedes ajustar manualmente el retrovisor antes de aparcar, bajándolo hasta que veas claramente el borde de la acera.
Este pequeño ajuste puede marcar una gran diferencia a la hora de proteger tus llantas de esos molestos roces con los bordillos. Y si necesitas, una vez aparcado, puedes reajustar el retrovisor a su posición original sin problema alguno.
Me pueden poner multas
Aunque no lo parezca, los retrovisores también tienen una importancia legal. En vehículos de hasta nueve plazas, solo son obligatorios el retrovisor izquierdo y el central. El derecho es opcional, aunque en la práctica, casi todos los coches lo llevan. Y ojo, porque circular sin uno de los retrovisores obligatorios puede costarte una multa de 200 euros.
Pero eso no es lo peor. Si los agentes consideran que la ausencia de alguno de estos espejos supone un peligro para la circulación, pueden incluso inmovilizar el vehículo en el acto. Así que mejor tener cuidado y asegurarse de que todos los retrovisores estén en perfectas condiciones antes de ponerse en marcha.
La respuesta de la DGT es clara, y no deberías. Aunque pueda parecer que protegerás tu coche de posibles daños al plegar los espejos, lo cierto es que estarías exponiéndote a otros riesgos. Al dejarlos abiertos, das una mejor referencia a otros conductores y evitas más de un susto. Y, además, estarás siguiendo las recomendaciones de los expertos en seguridad vial. Así que, la próxima vez que aparques, piénsalo dos veces antes de cerrar los retrovisores.