Si te han reconocido una incapacidad permanente, prepárate, porque se avecina una decisión complicada que puede cambiar tu vida laboral para siempre. No es broma. Un nuevo cambio en la ley te pondrá en la encrucijada de elegir entre seguir en tu empleo o poner fin a tu contrato.
Hasta hace poco, la incapacidad permanente implicaba que tu relación con la empresa llegaba a su fin. Automático. Pero ahora, las reglas del juego han cambiado. Con la nueva normativa, no te verás empujado a salir por la puerta sin más.
En su lugar, te darán la oportunidad de decidir si quieres quedarte y, de ser así, si tu empresa está dispuesta a hacer los ajustes necesarios para que puedas seguir trabajando. Aquí es donde las cosas se ponen interesantes (y un tanto estresantes).
Un mes para decidir tu futuro
El reloj empieza a correr desde el momento en que te reconozcan la incapacidad permanente. Y no tienes mucho tiempo para pensarlo. Solo un mes. En esos 30 días tendrás que decirle a tu empresa si quieres seguir trabajando, si necesitas que te adapten el puesto o si prefieres cortar por lo sano y terminar la relación laboral.
Si decides quedarte, tu jefe tendrá que ponerse manos a la obra. La empresa contará con tres meses para hacer las modificaciones necesarias en tu puesto. Pero, ¿y si resulta que no es posible adaptarlo? Ahí es donde entra en juego un plan B: la empresa podría ofrecerte otro puesto más acorde con tus nuevas capacidades. Eso sí, si resulta que hacer esos cambios resulta un dolor de cabeza económico o técnico para la empresa, se podría optar por finalizar el contrato. Todo suena muy lógico, pero no deja de ser un momento difícil para todos los implicados.
El punto clave aquí es que la ley tiene en cuenta varios factores para determinar si esas modificaciones son “una carga excesiva” para la empresa. Por ejemplo, se valorarán las ayudas públicas disponibles, los costes de la adaptación y el tamaño de la empresa. Así, se trata de buscar un equilibrio: fomentar la inclusión sin ahogar a las empresas.
Incapacidad permanente y Seguridad Social
Este cambio en la ley también abre la puerta a una revisión de cómo funciona la Seguridad Social para quienes tienen una incapacidad permanente. El objetivo es que sea más compatible trabajar mientras se recibe una pensión. El Gobierno tendrá que moverse rápido, ya que se le ha dado un plazo de seis meses para proponer algo nuevo y facilitar este proceso.
Otra novedad es que van a actualizarse algunos términos dentro de la Seguridad Social. Por ejemplo, el concepto de «gran invalidez» será sustituido por «complemento de asistencia de tercera persona«, y la «invalidez no contributiva» pasará a llamarse “incapacidad no contributiva”. Suena más inclusivo, ¿no?
Aunque esta ley aún está en el aire y tiene que pasar varias revisiones, su llegada marcará un antes y un después. Las empresas tendrán que adaptarse y los trabajadores con incapacidad tendrán una nueva oportunidad de decidir si quieren continuar o poner punto final a su carrera profesional.