Si eres de los que aparcan en cualquier sitio sin pensarlo dos veces, ten mucho cuidado porque la DGT ha insistido en que estacionar sobre la acera te puede salir caro. Aunque pueda parecer una solución rápida en ciertos momentos, las sanciones están ahí, y no son precisamente baratas.
Aparcar en la acera no es solo una infracción leve, también representa un obstáculo serio para peatones, personas con movilidad reducida y familias con carritos. Y es que no es necesario que haya señales indicando prohibición, porque está totalmente prohibido según el Reglamento General de Circulación.
Si crees que las motos tienen un pase, mejor que revises las normativas específicas, porque ellas tampoco están exentas de sanciones.
La multa de la DGT por aparcar en la acera
La multa mínima es de 80 euros si se considera una infracción leve. Pero cuidado, porque si la autoridad lo ve como algo más grave, el importe puede subir a 200 euros. Y sí, puede parecer tentador dejar el coche en la acera mientras haces una parada rápida, pero la excusa no evitará la sanción. En cuanto un agente de tráfico lo detecte, la sanción caerá sin importar cuánto tiempo hayas estado ahí. Si además te despistas y no estás cerca del vehículo cuando llegue la multa, podrías encontrarte con la sorpresa de que una grúa se haya llevado tu coche.
Puede que solo pienses en los euros que tendrás que desembolsar, pero aparcar en la acera va más allá de lo económico. Cuando subes el coche al bordillo, no solo estás violando las normas, sino que también dañas tus ruedas y suspensión. Con el tiempo, ese golpe constante al subir y bajar bordillos puede pasarte factura, ya sea en forma de una visita inesperada al taller o una reparación costosa.
Pero el problema no se queda solo en tu coche. Estacionar en lugares no permitidos afecta a los demás. El simple hecho de dejar tu coche en una acera puede significar que una persona con silla de ruedas no pueda pasar o que una familia tenga que bajar a la calzada con un carrito de bebé, exponiéndose al tráfico. Este tipo de conductas, por más inofensivas que puedan parecer en el momento, tienen consecuencias para todos los que compartimos las calles.
Las aceras, para los peatones
Quizás pienses que estacionar en la acera no es tan grave, sobre todo si solo lo haces por unos minutos. Pero esa infracción “menor” puede complicarse rápidamente. La normativa es clara: la acera es de los peatones, y cualquier vehículo que la ocupe estará violando las reglas. Además, aunque no lo creas, la ausencia de una señal de prohibición de aparcar no te da carta blanca. Simplemente, está prohibido y punto.
A fin de cuentas, lo mejor que puedes hacer es evitar problemas y buscar un lugar permitido para aparcar. Ahorrarte una multa es solo una parte del asunto. Respetar las normas también ayuda a que todos convivamos de manera más segura y ordenada en las vías públicas. Así que, la próxima vez que no encuentres un sitio para estacionar, recuerda que la acera no es una opción, y la multa te está esperando. Así que, si no quieres que tu bolsillo sufra, piénsalo dos veces antes de subirte a la acera con tu coche.