BMW apuesta por el hidrógeno y tiene el compromiso de seguir con el desarrollo de las tecnologías limpias y ha afirmado que el momento de considerar el hidrógeno como fuente de energía es ya.
Todo ello en un contexto donde los coches eléctricos están atrayendo cada vez más la importancia de las marcas, pero BMW se obstina en que no solo las baterías son suficientes y que el hidrógeno tiene que tener su propio lugar en el mapa.
En la actualidad, si uno se asoma a un concesionario, las opciones son muchas: desde el vehículo de combustión tradicional hasta el eléctrico e híbrido. Los conductores también están optando poco a poco a las opciones ECO o CERO emisiones, desplazándose hacia el diésel y la gasolina. Pero, incluso, BMW da un paso más donde ve una opción con el hidrógeno, una opción que todavía muchos ven como una apuesta incierta.
La apuesta de BMW por el hidrógeno
Desde la teoría, porque es la fuente de energía más abundante del universo, y lo que es mejor, produce cero emisiones contaminantes. Pero la práctica requiere, para ello, un enorme consumo energético, que en muchos casos proviene de fuentes no renovables. Sin embargo, BMW sostiene que limitarse exclusivamente a los vehículos eléctricos es un error; incluso el propio CEO de BMW, Oliver Zipse, ha expresado su preocupación por las regulaciones europeas en donde se quiere prohibir los motores de combustión a partir de 2035, ya que de ser así, para Zipse, esto supondría cerrar la puerta a opciones, como el hidrógeno.
El verdadero desafío no es la tecnología, sino la infraestructura. En Alemania, líder europeo en este sector, existen más de 100 estaciones de servicio de hidrógeno, pero en otros países, como, por ejemplo, España, apenas hay una decena. Y sin una buena red de estaciones, difícilmente los vehículos de hidrógeno puedan desarrollarse, por mucho que la tecnología pueda parecer prometedora.
Pese a estas barreras, BMW está convencido de que el hidrógeno tendrá un gran papel que desempeñar. En especial, para ámbitos donde las baterías no son la mejor solución, como el transporte marítimo o la aviación, pero también la empresa alemana está confiando en esta tecnología para la movilidad personal y ya ha dado sus primeros pasos al respecto con el iX5 Hydrogen, un SUV eléctrico que adaptó para que funcione a base de hidrógeno. Desde el final de 2022, BMW ha comenzado la producción en serie de este modelo y está tratando de hacerla escalar en el futuro.
El reto de BMW
El reto que se ha propuesto es ambicioso: en unos años, las fábricas de BMW puedan producir, en una misma línea de producción, coches híbridos, coches eléctricos y coches de hidrógeno. La fecha que tiene marcada en el calendario es 2028, pero para llegar allí no solo hay que innovar en las fábricas.
También será esencial la educación de los conductores. BMW no va a estar sola en esta trayectoria. La empresa se unirá a Toyota, uno de los grandes que ha apostado por el hidrógeno. Ambas trabajan para generar un ecosistema que permita que esta tecnología crezca. «El hidrógeno tiene, ahora, una ventana de oportunidad», dice Jurgen Guldner, uno de los directores del proyecto; «Si no se apuesta por el hidrógeno en este momento, es muy probable que no tenga, a partir de ahora, ningún futuro»