La incapacidad permanente es un derecho que otorga el Instituto Nacional de la Seguridad Social (INSS) a esos trabajadores que a causa de la enfermedad o de su lesión muy grave no pueden continuar trabajando. Esta permite mantener el nivel de vida cotidiano, aunque la salud les impide desarrollar su actividad. Sin embargo, no todas las enfermedades permiten solicitar esta prestación, solo pueden solicitarse a realizar a partir de criterios médicos, por lo que hay que efectuar evaluaciones bastante estrictas.
Para saber qué enfermedades permiten solicitar la incapacidad permanente hay que tener en cuenta los tipos de incapacidad permanente que existen, así como las patologías que normalmente pueden ser valoradas a la hora de resolver el beneficio. Si alguna de estas enfermedades te concierne en este sentido es interesante informarse para pedir la prestación adecuada.
Tipos de incapacidad permanente
El INSS establece una clasificación de los tipos de incapacidad permanente que extiende a la forma en la que afecta al trabajador, en definitiva, a la forma en la que puede afectar al trabajador en su forma de trabajar. Dentro de las clasificaciones de incapacidad permanente el INSS establece cuatro tipos de incapacidad permanente:
- Incapacidad permanente parcial: permite poder seguir trabajando en la misma actividad, pero el trabajador presenta con una disminución de su capacidad de trabajo del 33%
- Incapacidad permanente total: impide poder realizar la actividad habitual, pero permite poder realizar otras actividades.
- Incapacidad permanente absoluta: impide realizar cualquier trabajo..
- Gran invalidez: el trabajador no puede trabajar y necesita ayuda para realizar las actividades de la vida diaria.
Enfermedades más comunes
Si bien no existe un listado de enfermedades oficial que permita la incapacidad permanente, algunas enfermedades o patologías, por su gravedad, son normalmente valoradas y reconocidas como causas de incapacidad permanente:
- Enfermedades neurológicas: esclerosis múltiple, el párkinson, la epilepsia o la esquizofrenia. Todos estos tipos de enfermedades pueden dañar gravemente la función motora y cognitiva lo que puede dificultar el trabajo.
- Enfermedades musculoesqueléticas: la fibromialgia, la artrosis cervical o la artritis reumatoide, que son normalmente motivos de dolor crónico y movilidad reducida.
- Afecciones cardíacas y pulmonares: como el EPOC, insuficiencia cardíaca o cardiopatías isquémicas, que limitan la capacidad física y la calidad de vida.
- Alteraciones psiquiátricas: la depresión severa o trastorno bipolar, u otros trastornos de ansiedad que dificultan el rendimiento laboral o que dificultan la estabilidad emocional.
- Afecciones graves o degenerativas: determinados cánceres, lupus, enfermedad de Crohn, o Alzheimer, que limitan de forma progresiva la capacidad funcional.
Pasos a seguir para solicitar la incapacitación permanente
La forma para alcanzar dicha prestación puede resultar enrevesada, aun así, con la información adecuada se puede obtener. En primer lugar, se requiere un informe médico muy exhaustivo, a partir del cual el especialista explicará, con la suficiente claridad, las limitaciones provenientes de la enfermedad y las consecuencias que produce la situación de incapacidad. Después se va al INSS e iniciar los trámites para la valoración médica por un equipo especializado. Finalmente, el tribunal médico (EVI), el Director provincial del INSS deciden la concesión del grado de incapacidad y de la cuantía de la pensión respectiva.