Al estacionar, son muchos los conductores que optan por realizar el pliegue de los retrovisores con el fin o bien de evitar golpes o bien porque su vehículo lo hace de forma automática al apagar el motor.
La DGT, en cambio, avisa de que esta práctica no es tan aconsejable como parece. Dejar abiertos los espejos laterales podría incluso evitar problemas y mejorar la seguridad. Los coches actuales son capaces de pliegue los retrovisores al pues se apaga el motor. Como queda claro, parece una opción positiva que defendería el vehículo de los golpes imprevistos.
Pero, por otra parte, y a la vista de la DGT esta práctica puede más desventajas que ventajas. Según sus expertos, el plegado de los retrovisores hace que la percepción sobre el espacio que ocupa el vehículo de la otra persona baje bastante y, de este modo, puede llevar a situaciones comprometidas. Cuando los retrovisores están abiertos da, al menos en un principio, una idea bastante clara de lo que ocupa y esto a su vez ayuda a otras personas a calibrar mejor la distancia y a realizar maniobras de forma más cautelosa. El efecto contrario sucede cuando los retrovisores se pliegan, ya que puede dar la impresión de que otros vehículos, digamos, pasan demasiado cerca y llevar a pequeñas colisiones o rayones.
La DGT avisa de la necesidad de los retrovisores abiertos
Los retrovisores tienen una función muy importante e incluso cuando el vehículo está estacionado. No son solo para la conducción. También son capaces de dar una información muy importante a conductores que pasen cerca de un vehículo que esté estacionado. Un coche con los retrovisores cerrados puede pasar a parecer menos ancho y esto les puede jugar una mala pasada a los que intentan pasar al lado. Si se quiere (perder una capacidad de visión que permiten los retrovisores), es mejor tener la precaución de mantener una mayor distancia. Finalmente, no está de más recordar que en la mayoría de los coches los retrovisores se abren automáticamente al insertar la marcha atrás, dando una mejor visión del bordillo. Para aquellos que no los tengan, se puede hacer un ajuste manual justo antes de aparcar, e inclinar el retrovisor lo suficiente como para tener una buena visión de la acera y así evitar esos pequeños golpes que tan molestos son. Cuando ya está estacionado, se vuelve a devolver el retrovisor a la posición original.
Consejos de la DGT para evitar sanciones vinculadas a los retrovisores
Yendo más allá de la seguridad existe un tema legal también relacionado con los retrovisores, y es que en los vehículos de hasta nueve plazas, el retrovisor izquierdo y central son obligatorios, y el derecho es opcional (la inmensa mayoría de coches tienen un retrovisor derecho instalado), pero dicho retrovisor sí que está contemplado como un elemento de ayuda a la conducción, aunque no era obligatorio. A este respecto la DGT avisa de que si se conduce sin alguno de los espejos que son obligatorios se puede recibir una multa de hasta 200 euros, que incluso, en situaciones límite, los agentes pueden inmovilizar el vehículo si consideran que existe un retrovisor que sí que es necesario para poder circular de manera segura.