El testamento no es más que un medio adecuado a través del cual conseguir que tus bienes y tu patrimonio lleguen a manos de personas que tú has decidido para una herencia. Aunque muchas veces las personas «se lo piensan demasiado», hacer un testamento es una cosa muy responsable que puede evitar conflictos familiares y evitar problemas jurídicos o de litigios entre tus herederos con motivo de la división de tu patrimonio.
Este documento te permite construir de forma radicalmente precisa la disposición de tus bienes, derechos y obligaciones futuras. No es un papel fijo o muy absurdo; en función de tus circunstancias particulares, ya que tu situación vital puede cambiar a lo largo del tiempo, puedes modificarlo a voluntad (particularmente en dos situaciones totalmente válidas: para matrimonio o nacimiento de hijos e hijas o bien para la venta de bienes).
Recomendamos también revisarlo de forma periódica (por ejemplo, cada cinco años) para seguir avanzando hacia una conveniente actualización del testamento y el reconocimiento del mismo. El Código Civil español regula los aspectos relacionados con el testamento y la sucesión, asegurando la validez de los derechos de los herederos forzosos; igualmente tiene una función reguladora desde el sentido de la posibilidad de hacer testamentos de acuerdo con las necesidades del testador.
Tipos de testamentos para la herencia
A la hora de hacer tu testamento, tú puedes optar por cada uno de los tipos en función de tu situación.
- Los testamentos ordinarios son los más utilizados.
- Testamento ológrafo: tú lo vas redactando de forma manuscrita, lo firmas y le añades la fecha. Es de bajo coste, pero necesita de la protocolización notarial tras el fallecimiento.
- Testamento abierto: ante un notario que a su vez garantiza la fortaleza del testamento y lo inscribe; es el más utilizado por la fácil y baja carga burocrática.
- Testamento cerrado: tú lo escribes en un trozo de papel que posteriormente entregas al notario en un sobre cerrado, jurándole que no lo desvelarás.
- En el otro sentido, en situaciones extraordinarias podrás recurrir a testamentos singulares del tipo marítimo o bien testamentos en momentos de peligro de muerte. Igualmente, el testamento de mar debe estar concebido como un testamento público que no requiera la presencia de un notario. No obstante, lo dicho, su eficacia se limita a unos supuestos muy concretos.
La importancia del testamento para la sucesión
El principal efecto positivo del testamento es que se evitará la aparición de una sucesión intestada, caso en el que va a ser la ley la que disponga a quiénes van a ir tus bienes u otras posibles disposiciones que se puedan realizar. Este caso produce dilaciones e interviene negativamente en las posibles guerras familiares. También el testamento bien escrito garantiza la posibilidad de incorporar disposiciones concretas, como puede ser la exigencia de la protección de menores, decisiones sobre albaceas, una prolija distribución de los legados. Que la administración de tu herencia se convierta en el acceso a la ley y a los consejos legales también es lo que te permitirá. Mediante el volumen de tu voluntad dejada por escrito va a hacer posible que tus seres queridos cumplan de una forma sencilla tu voluntad, evitando malentendidos, pero, también que el legado se lleve a cabo tal y como tú lo has determinado.