Una trabajadora de Mercadona sufrió un ictus, y pese a que la Seguridad Social inicialmente no le reconoció la incapacidad permanente, finalmente el Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA) le hizo justicia. De esta manera, la trabajadora podrá disfrutar indefinidamente de una pensión de 1.100,93 euros mensuales, la incapacidad permanente absoluta.
La trabajadora tuvo un ictus isquémico en el año 2022, lo que le produjo secuelas muy graves de toda índole, hemiparesia del lado izquierdo, problemas de orientación, dificultades cognitivas muy serias, pero a pesar de que la Seguridad Social considerara que estas secuelas no eran suficientes para acreditar incapacidad permanente, sus médicos habían documentado cada una de estas secuelas.
Sin embargo, la Seguridad Social solo había reconocido incapacidad permanente completa, que no le permitía el trabajo habitual, más que, supuestamente, le permitía realizar trabajos de pequeña exigencia. No obstante, ella no se dio por vencida y decidió llevar a cabo el procedimiento legal.
El TSJA le reconoce incapacidad permanente absoluta
El Juzgado de lo Social n.º 3 de Córdoba fue donde ella decidió recurrir su caso. Este Juzgado revisó los informes médicos y entendió que las secuelas del ictus le incapacitaban en todos los tipos de trabajos. Así las cosas, accedió a declarar incapacidad permanente absoluta y a la Seguridad Social le correspondía disfrutar de la pensión del todo.
Atento al dictamen, el Instituto Nacional de la Seguridad Social (INSS) interpuso el recurso. Para el INSS, las patologías de la trabajadora no justificaban incapacidad para el trabajo. No obstante, los intentos llevados a cabo, finalmente el TSJA ha revalidado la decisión que había adoptado el juzgado de primera instancia, siendo así que se inadmite el recurso interpuesto.
Una pensión como la garantía de su porvenir
El fallo específico emitido por el alto Tribunal del TSJA hace referencia al artículo 194.5 de la Ley General de Seguridad Social, en el que se establece un tipo de incapacidad para aquellas personas que carecen de cualquier capacidad para realizar un trabajo eficaz. Los magistrados se decantaron por tener en cuenta la jurisprudencia pidiendo lo que ya era explícito y expreso que, a la luz de las apreciaciones que realizaban los magistrados del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía, las limitaciones neurológicas eran incompatibles con cualquier tipo de trabajo productivo.
Así, la trabajadora de Mercadona al conseguir la pensión por incapacidad permanente absoluta, conseguirá no solo una pensión sino también una tranquilidad que le supondrá afrontar los retos que le quedan por responder como consecuencia de la falta de poder a consecuencia del ictus.
Su experiencia es la imagen más típica de la capacidad para atender a las adversidades que proporciona el sistema, esto es, que la justicia puede porque, aunque el camino sea muy complicado. Este caso representa claramente cuáles son los frenos o los muros que la mayoría de las personas encuentran a la hora de solicitar algo tras una incapacidad. Este tipo de sentencias son clave para que las personas puedan ver sus derechos garantizados ante las adversidades y pese a la negativas de las instituciones.