En nuestro país, el Impuesto de Sucesiones y Donaciones es un tributo que ha generado mucha controversia y debate en los últimos años, ya que su aplicación varía según la comunidad autónoma y el grado de parentesco entre el fallecido y el beneficiario.
Este impuesto se activa en el momento en el que se produce una transmisión de bienes o derechos de una persona a otra debido a su fallecimiento y de manera gratuita, es decir, lo que comúnmente se conoce como una herencia.
La legislación tributaria establece que este impuesto es progresivo, lo que significa que a mayor cantidad heredada, mayor será el tipo impositivo aplicado. Además, es un impuesto personal, ya que lo paga quien recibe la herencia, y directo, porque recae sobre el patrimonio del contribuyente.
Quién se libra de pagar el impuesto de sucesiones
Sin embargo, en los últimos años, se han introducido ciertos cambios en este impuesto con el objetivo de aliviar la carga fiscal y hacer más equitativa la distribución de la riqueza heredada. En el año 2024, estos cambios han mantenido su curso, con medidas significativas adoptadas en varias comunidades autónomas de España.
Por ejemplo, en la comunidad autónoma de Andalucía se ha reducido el impuesto hasta un millón de euros para descendientes, cónyuges y ascendientes, y hasta 250.000 euros para familiares de segundo y tercer grado, como pueden ser los hermanos, los sobrinos o los tíos. En Baleares, desde junio de 2023, las herencias entre ascendientes, descendientes y cónyuges están exentas de tributación gracias a una bonificación del 100% de la cuota. En Canarias, desde septiembre de 2023, las herencias entre ascendientes, descendientes, cónyuges, hermanos, sobrinos y tíos prácticamente no pagan impuestos, con una bonificación del 99,9% sobre la cuota.
Un respiro para los herederos
Estas medidas tienen como objetivo facilitar la transmisión de patrimonio dentro de la familia sin que esta se vea gravemente afectada por cargas impositivas. Se busca, además, promover una distribución más equitativa de la riqueza heredada y evitar de esta forma situaciones en las que los impuestos puedan ser una barrera para los herederos en la recepción de una herencia.
Es importante tener en cuenta que estas modificaciones no solo afectan a las herencias directas, sino que también se extienden a otros familiares y situaciones específicas. Por ejemplo, en la Comunidad de Madrid, además de una bonificación del 99% para descendientes, ascendientes y cónyuges, se contempla una bonificación de hasta el 25% en herencias entre hermanos, tíos y sobrinos.
Por tanto, el panorama del Impuesto de Sucesiones y Donaciones en España está experimentando cambios significativos que buscan no solo aliviar la carga fiscal de los beneficiarios, sino también promover una distribución más equitativa de la riqueza heredada. Estas medidas, implementadas en diversas comunidades autónomas, son un reflejo del esfuerzo para así poder adaptar el sistema tributario a las necesidades y realidades sociales del país. Estos cambios en la legislación tributaria son la muestra a una respuesta a las demandas y preocupaciones de la ciudadanía en relación con la justicia fiscal y la equidad en la transmisión de patrimonio.