A partir de ahora, los beneficiarios de una incapacidad permanente podrán disfrutar de mayor tranquilidad al llegar a cierta edad, ya que no estarán obligados a someterse a nuevas revisiones médicas. Este cambio en las políticas de la Seguridad Social busca aliviar el estrés y la incertidumbre que estas evaluaciones generaban en las personas afectadas por discapacidades generalmente irreversibles.
Hasta ahora, las revisiones periódicas eran una fuente de preocupación, ya que podían derivar en modificaciones del grado de discapacidad o incluso en la pérdida de la pensión. Con esta nueva medida, la Seguridad Social prioriza la estabilidad y el bienestar de los pensionistas en edades avanzadas.
Principales puntos sobre la eliminación de revisiones médicas:
- Edad para eliminar revisiones: A los 67 años, o 65 años con al menos 38 años y seis meses de cotización, los beneficiarios quedan exentos de futuras revisiones médicas.
- Seguridad para los pensionistas: Se reconoce la estabilidad de dolencias crónicas o permanentes, evitando reducciones o anulaciones injustificadas de pensiones.
- Fin de las evaluaciones periódicas: El Equipo de Valoración de Incapacidades (EVI) continúa evaluando solo a beneficiarios menores de la edad de jubilación.
Qué hacer si se pierde la pensión antes de la jubilación
En caso de retirada de la pensión antes de alcanzar la edad establecida, existen alternativas para garantizar una ayuda económica:
- Solicitar subsidio por revisión de incapacidad permanente: El SEPE ofrece un subsidio de 480 euros mensuales por hasta 18 meses, siempre que se cumplan los requisitos necesarios.
- Reincorporación laboral: Si el estado de salud lo permite, el afectado puede reincorporarse a su puesto anterior o buscar un nuevo empleo adaptado a sus capacidades.
- Demostrar el estado de salud: Es clave acreditar que la condición del beneficiario no ha mejorado o incluso ha empeorado desde la última evaluación.
Con este avance, la Seguridad Social refuerza la estabilidad económica de las personas con incapacidad permanente, permitiéndoles afrontar esta etapa con mayor confianza y seguridad. La medida pone fin a evaluaciones innecesarias y garantiza un sistema más justo para quienes dependen de esta prestación.