En España, las pensiones de incapacidad permanente representan un pilar fundamental del sistema de protección social, dirigido a los trabajadores que, debido a una enfermedad o accidente, no pueden continuar desempeñando su actividad laboral habitual. Estas prestaciones son contributivas, es decir, están condicionadas a que el beneficiario haya cotizado un periodo mínimo a la Seguridad Social, y se diferencian claramente de las no contributivas, destinadas a quienes no han cumplido los requisitos de cotización pero se encuentran en situación de necesidad económica.
Tipos de incapacidad permanente y sus cuantías
El sistema distingue entre distintos grados de incapacidad permanente, cada uno con sus especificidades y montos de prestación:
- Incapacidad parcial: Otorga el 55% de la base reguladora, aunque este porcentaje puede incrementarse al 75% para los mayores de 55 años.
- Incapacidad total: Garantiza el 100% de la base reguladora, proporcionando estabilidad económica a quienes no pueden ejercer ningún tipo de actividad laboral.
- Gran invalidez: Además del 100% de la base reguladora, incluye un complemento adicional destinado a cubrir la necesidad de asistencia de una tercera persona.
¿Cómo se calcula la base reguladora?
El cálculo de la base reguladora varía según el origen de la incapacidad:
- Enfermedad común: Se toma el promedio de las bases de cotización de los últimos 96 meses (8 años) previos al hecho causante, ajustadas al IPC hasta los últimos 24 meses. El resultado se divide entre 112 para obtener la base reguladora.
- Accidente laboral o enfermedad profesional: Se calcula en función del salario diario del trabajador al momento del accidente, multiplicado por 365 días y dividido entre 12.
Revalorización anual de las pensiones
Para proteger el poder adquisitivo de los pensionistas, las pensiones de incapacidad permanente se revalorizan anualmente conforme al IPC. En 2024, por ejemplo, se aplicó un incremento general del 3,8%, en línea con el IPC medio del año anterior. Además, el Gobierno evalúa factores sociales, como la reducción de la brecha respecto al umbral de pobreza, para determinar ajustes adicionales.
Perspectivas para 2025: inflación e impacto en las pensiones
La inflación sigue siendo un factor clave para el ajuste de las pensiones. Según previsiones de Funcas, el IPC podría alcanzar un 3,3% en noviembre de 2024, lo que augura una nueva revalorización de las pensiones para 2025. Este mecanismo garantiza que los pensionistas mantengan su capacidad adquisitiva en un entorno económico cambiante.
El sistema de pensiones en España, aunque complejo, está diseñado para ofrecer una cobertura amplia y adaptada a las necesidades de los trabajadores afectados por incapacidades laborales. Con los ajustes anuales y las medidas de sostenibilidad, las pensiones de incapacidad permanente seguirán siendo un soporte esencial para miles de familias en el país.