La jubilación activa parece que va a ofrecer un atractivo más en 2025. Las últimas reformas del sistema de pensiones, impulsadas por el Gobierno español, intentan hacer compatibles el trabajo y la pensión. La música de la sostenibilidad económica del sistema de pensiones es el principal objetivo de un país que sigue incrementando la esperanza de vida. Para los que quieran disfrutar de una jubilación activa, la jubilación a los 66 años va a ser casi obligatorio.
¿Cuáles son las ventajas? Las exigencias aumentan, pero también las ventajas de seguir trabajando más allá de los 65 años. Por otra parte, la jubilación activa ya no será para todo el mundo. Las elevadas exigencias de cotización y las de edad suelen escatimar a quienes ocupan empleos de gran desgaste físico. No obstante, estas modificaciones pretenden ajustarse a las diversas realidades laborales, a fin de equilibrar esfuerzos y recompensas.
Reformas de la jubilación activa
La jubilación activa se entiende como la compatibilidad de la pensión con un empleo, a tiempo completo o parcial. A partir de 2025 la opción se incrementa con la supresión del requisito de tener una carrera de cotización completa y va a resultar una ventaja, principalmente, a las mujeres y a aquellos trabajadores con trayectorias laborales cortas. Los cambios también proponen incentivos económicos para aquellos que retrasan el trabajo.
El importe de la pensión se incrementará en un 4% como pago de una sola vez por cada año de trabajo de forma adicional, y a partir de ese segundo año se sumará un 2% cada seis meses. El incremento va a ser complementario a la liquidación total o parcial de la pensión y en este sentido contribuirán a incrementar el número de personas que desean seguir activas dentro del sistema de pensiones.
Beneficios de la jubilación activa
La principal mejora reside en los porcentajes crecientes de la pensión que se pueden cobrar junto a la actividad laboral. En efecto, con un año de retraso se podrá percibir el 45% de la renta de jubilación, pero con cinco años se podrá conseguir el 100%. De este modo, el sistema no sólo establece incentivos para los trabajadores, sino que favorece la disminución del déficit de las arcas públicas haciendo que la jubilación activa no sólo tenga que ser interpretada de forma económica para muchas personas, sino también social y emocional. Permanecer en el mercado laboral puede servir para reforzar la identidad, mantener el cerebro flexible, aumentar las oportunidades de socialización, etc.
No obstante, no se debe olvidar que no hay dos casos iguales y que se requiere cumplir la condición de haber alcanzado la edad de jubilación ordinaria y alcanzar los años de cotización determinados para poder obtener, en su caso, el 100% de la pensión.
El equilibrio entre la experiencia laboral y la calidad de vida depende del éxito de esta opción. Así pues, la búsqueda de un sistema más flexible y más justo se deja sentir según el momento. Para aquellos que decidan alargar su vida laboral, en 2025, la jubilación activa supone la recompensa del obtener renta adicional y el placer de seguir contribuyendo.