Una de las preguntas que más se repite en los despachos de los expertos en sucesiones es esta ¿Cómo se reparte la herencia de los padres? La respuesta en compleja. Pues a groso modo, la ley y sus mandatos, es igual para todos. Sin embargo, cada familia y la relación entre sus herederos, puede marcar el porvenir de esta cuestión.
Debemos dejar claro, que en un proceso de este tipo, no es vinculante como se lleven entre los herederos. No obstante, remar en la misma dirección, puede ayudar en el trámite. Lo que sí es determinante en cada partición de herencia, es averiguar si existe o no testamento. Esto marcará el resto de la sucesión.
Cabe señalar que los herederos suceden al difunto en la medida que les corresponda. Este hecho a veces genera conflictos familiares porque las personas no están de acuerdo con esta distribución. Estos conflictos son más comunes cuando el causante no dejó testamento. Sin embargo, no debemos olvidar que la ley dicta qué hacer en estos casos.
Y es que la sucesión puede ser de dos tipos: herencia, en la que se cumple la voluntad de la persona expresada en el testamento; o legítimo según lo dispuesto por la ley. Así, en cada caso, se define con precisión la distribución de la herencia y quiénes serán los herederos.
Cómo se reparte la herencia cuando han fallecido ambos progenitores
Hay varias cosas que debemos tener en cuenta antes de centrarnos en caso concretos. Lo primero, es importante diferenciar lo que es una herencia de lo que es un testamento. Pues en muchas ocasiones, los herederos confunden estos términos durante el proceso llevándolos a error:
- Herencia. Comprende todos los bienes, derechos y obligaciones de una persona que no se extingan por su muerte.
- Testamento. El acto mediante el cual una persona dispone para después de su muerte de todos sus bienes o de parte de ellos.
Por otra parte, debemos recalcar que cada caso es susceptible de ser estudiado minuciosamente. No obstante, plantearemos dos escenarios relativamente frecuentes y que son objeto de duda con cierta frecuencia. En el caso de una herencia cuyos progenitores hayan fallecido ambos, si no hubiese testamento, el reparto de la herencia se haría a partes iguales entre todos los hijos.
Sin embargo, si al solicitar el Certificado de Últimas Voluntades se descubriese que el causante otorgó testamento, la cosa podría cambiar. Bien es cierto que la legítima, estaría igualmente repartida a partes iguales entre los hijos. No obstante, la porción de mejora iría a parar al hijo o hijos, según el fallecido hubiese dispuesto. En cuanto al tercio de libre disposición, la voluntad del testador sería la que se cumpliría.
Reparto cuando solo ha fallecido uno de los progenitores
Como hemos visto en el apartado anterior, en el reparto de la herencia cuando ambos progenitores han fallecido, si no hay testamento, la ley determina que el caudal hereditario se reparta a partes iguales entre los hijos. En el caso de haber fallecido solo uno progenitores, el reparto en sí es el mismo pero con una diferencia: al haber aún un cónyuge vivo, este tendrá derecho al usufructo del tercio de mejora.
Esto quiere decir, que mientras el cónyuge viva, tendrá el derecho de gozar del uso y disfrute de esa parte de la herencia. Esto no significa que esta persona sea propietaria de ningún bien, pues estos pertenecen a los hijos. Sin embargo, sí tendrá la posesión y podrá utilizar esa porción del caudal hereditario.
En el caso de que sí existiera testamento, de igual modo el testador debería haber dejado la parte de la legítima a los hijos, y el tercio de mejora en usufructo a su cónyuge y a sus hijos, en la forma que hubiese estipulado conveniente. Por su parte, será libre de destinar a quien quiera la parte de libre disposición.