La baja laboral es un asunto que preocupa a la compañía y al Gobierno. Aunque la práctica totalidad de las ausencias son legítimas, existe un pequeño porcentaje que abusa de esta situación. En efecto, no se trata solamente de una falta de ética el fingir una baja laboral, sino que también puede llegar a ser un problema para aquellos trabajadores que intentan engañar a sus empresas.
Cuando un trabajador decide inventarse una baja laboral, la primera consecuencia que debe hacer frente es perder la prestación que estaba cobrando por incapacidad temporal. Es decir, la Seguridad Social dejará de pagarle aquella prestación económica que estaba percibiendo mientras supuestamente estaba enfermo o incapacitado para el trabajo. Y en caso de ser un fraude probado, el trabajador perderá tanto las cantidades percibidas como obligación de restituirlas.
Dicho de otro modo, el coste económico que puede abonar un trabajador puede ser alto, sobre todo si la baja se extiende en el tiempo. A la vez, la empresa puede proceder de manera rápida. De hecho, generalmente, la sanción inicial suele ser la de un castigo en forma de suspensión de la relación laboral que puede ir de los 11 a los 60 días, dependiendo de la gravedad del caso.
Pero, existe un elemento de más para el trabajador: en los casos más graves del asunto puede llevar a la empresa a dar de baja de manera procedente al trabajador, es decir, sin indemnización y con todos los tipos de derechos.
Detectives y la verificación de la baja laboral
Algunas empresas, cuando comienzan a sospechar de una baja no justificada, no dudan en contratar detectives privados con la finalidad de verificar si realmente el trabajador está incapacitado. Si la idea de contratar detectives privados parece «de película», es una práctica cada vez más habitual. Estos profesionales recopilan pruebas irrefutables que pueden ir desde fotos, películas y testimonios, a la hora de proveer a la empresa con las pruebas necesarias para demostrar que el trabajador está realizando un fraude. Las pruebas son evidentes y, por tanto, la empresa tiene el poder de adoptar decisiones firmes, ya que los tribunales suelen dar la razón a las compañías cuando la prueba es sólida y dicha prueba puede incardinar tanto la revocación de la prestación como la sanción económica, el despido o la prevalencia de las normas internas de la empresa.
Simular un estado de incapacidad laboral en el trabajo se califica como una falta muy grave y las consecuencias legales pueden repercutir de forma negativa en la vida del trabajador.
Posibles consecuencias legales de una baja laboral falsa
Aparte de las sanciones económicas y, en su caso, laborales, hay que tener presente que el simulacro del estado de incapacidad laboral en el trabajo puede tener consecuencias legales. En los casos más extremos, el fraude podría llegar a considerarse la realización de un delito contra la Seguridad Social y ello podría llevar a enfrentarse a un proceso.
Normalmente, las multas económicas derivadas de este tipo de situaciones son muy elevadas y no se descarta que también se pueda obtener el reconocimiento de sanciones económicas adicionales en concepto de daños y prejuicios. El informe de Foment del Treball, que pone de manifiesto que 1,5 millones de trabajadores no acuden en su puesto de trabajo a diario en España, pone evidencia el alto número de absentismos laborales y advierte que la mayor parte de ellos son ausencias justificadas, pero es indudable que el fraude también está presente y que, cuando se da, no queda impune.