El objetivo de ahorrar dinero o simplemente de no gastar más del habitual, se nos hace en ocasiones cuesta arriba cuando llega el verano. Y es que esta época del año donde prima el buen tiempo, los días son más largos, y en consecuencia, los planes se multiplican, es complicado controlar el dinero de más que gastamos. Pero claro, si contamos con que son varios meses de verano, y que es cuando normalmente tenemos días de descanso, la idea de ahorrar podemos verla casi utópica.
Pero no se trata solo de que haya más planes. Porque sí, el verano invita a salir, tomar algo en una terraza, cenar en el sitio nuevo que han abierto, hacer una excursión con actividades al aire libre, quedar con amigos que no vemos en otras épocas del año, y claro, todo eso se traduce en dinero que gastar. Por no hablar que pensar en las vacaciones, implica en muchos casos pensar en viajar, y si nos decantamos por zonas de moda como la costa, o países extranjeros, nuestra economía se puede ver realmente resentida.
No renuncies a las vacaciones
Que el objetivo sea no gastar más dinero del habitual o incluso, mantener el sistema de ahorro que tuviésemos durante el resto del año, no tiene por qué significar que renuncies a viajar en tus vacaciones. Bien es cierto, que es un gasto extra que debes contemplar, pero no tiene por qué significar un derroche que deje temblando tu cuenta bancaria. Es por eso, que un primer consejo muy eficaz, es contar con un presupuesto cerrado.
Esto significa, que en base a los ingresos y gastos fijos que tengas durante el año, deberás ser realista y marcarte el límite de dinero que puedes dedicar para estos días de descanso. De este modo, aun con un pequeño margen, tus finanzas no se verán resentidas. ¿Cómo puedes hacerlo? Mediante el segundo consejo, la planificación. En este sentido, una buena idea puede ser que dividas tu presupuesto de esta forma:
- Gastos fijos a pagar por adelantado: Billetes o gasolina, alojamiento.
- Gastos fijos viaje: Actividades, comidas, alquiler de coche o transporte, etc.
- Gastos variables que puedas permitirte: Compras, visitas, etc.
- Margen para imprevistos. Siempre es bueno contar con un pequeño margen por si surge algún imprevisto.
Dentro de la planificación, también está elegir el destino. En este sentido, lo mejor es adaptarse en base a las fechas que tengamos disponibles. De este modo, es importante que cierres el viaje con antelación para evitar gastos mayores, y si es posible, tengas algo de flexibilidad en las fechas. Si no, mira tu presupuesto y los destinos realistas para cumplirlo, y elige. Una buena opción en estos casos, es huir de las zonas más demandadas, por lo que por ejemplo el turismo rural, puede ser una gran elección.
Consejos para ahorrar dinero este verano
Hay años en los que por circunstancias, el dinero de nuestra cuenta no nos da para viajar y las vacaciones deben pasarse en casa. Cuidado con esto, porque en algunos casos, nos confiamos y terminamos teniendo más gastos también de los habituales. Sin embargo, si se hace un control igualmente del gasto, se pueden pasar unos días muy agradables en casa, e incluso disfrutar de algunos extras en esos días de vacaciones.
Para empezar, el verano sin viajar puede ser una gran oportunidad para disfrutar de tu ciudad. Vivas donde vivas, seguro que hay multitud de actividades. De igual modo, te puedes marcar un presupuesto más ajustado, para poder realizar actividades en base al dinero que te puedas gastar. Por ejemplo, si tienes la costa cerca, puedes organizar excursiones a la playa, pero llevarte la comida desde casa. Por el contrario, si vives en una gran ciudad, puedes consultar las actividades de verano, que en ocasiones son gratuitas, y disfrutar de ellas.
En cuanto a las comidas, que es donde se suele ir más dinero por esa «necesidad» de salir de casa. Planifica bien la semana. Limita las comidas fuera, y elige perfectamente cuándo quieres disfrutar de un local en concreto, o cuando puedes salir a visitar algo y comer en casa. Llevar siempre bebida y algún tentempié puede ser en estos casos una gran opción.
Finalmente, si te vas a quedar en casa, cuidado con un gasto que se te puede ir de las manos: El del aire acondicionado. El verano es sinónimo de calor y en ocasiones, pasamos esos días calurosos bajo un aparato que nos refresque. Esto puede conllevar un gran susto en la factura. Por ello, si quieres ahorrar dinero, intenta mantener siempre la temperatura entre los 24 y 26 grados, aísla la estancia en la que tengas el dispositivo, y deja las persianas bajadas para que no entre más calor del necesario.