La jubilación puede suponer un problemas para quienes no tienen empleo y se acercan al final de su vida laboral. Sin embargo, hay formas de cotizar a la Seguridad Social sin empleo. Esto es importante para mantener el acceso a una pensión digna en el futuro.
El Servicio Público de Empleo Estatal (SEPE) ofrece varios subsidios a las personas desempleadas, y aunque la mayoría de ellos no cotizan para la jubilación, hay excepciones notables que permiten seguir acumulando tiempo cotizado.
Por otro lado, si no se reciben ayudas del SEPE, también se pueden realizar aportaciones a la Seguridad Social para seguir cotizando aunque no se tenga un trabajo.
Subsidios que cotizan para la jubilación
- Subsidio para mayores de 52 años: Este subsidio está diseñado para aquellos que se encuentran cerca de la edad de jubilación y tienen dificultades para reincorporarse al mercado laboral. Una de sus ventajas principales es que, además de proporcionar un apoyo económico de aproximadamente 480 euros al mes, permite cotizar a la Seguridad Social por el 125% del «tope mínimo de cotización». Este subsidio puede percibirse hasta que la persona alcance la edad legal de jubilación, garantizando así una cotización estable durante los últimos años de vida laboral, algo crucial para el cálculo de la pensión.
- Subsidio para trabajadores del sector artístico: Aunque menos conocido, este subsidio también ofrece una importante oportunidad de cotización. Está dirigido a quienes han trabajado en actividades técnicas y auxiliares del sector artístico. Los beneficiarios cotizan sobre la base mínima del grupo 7 del Régimen General de la Seguridad Social durante 120 días, lo que les permite mantener sus derechos de jubilación a pesar de la irregularidad laboral que suele caracterizar al sector.
Convenio especial para cotizar sin estar trabajando
Por otro lado, la Seguridad Social también permite a quienes no están empleados continuar cotizando a través del Convenio Especial. Este mecanismo es una opción voluntaria que permite a personas que han cesado en su actividad laboral seguir cotizando para no perder derechos y asegurar su futura pensión. Está dirigido, principalmente, a quienes se encuentran en situaciones como desempleados de larga duración, autónomos que han cesado su actividad, o personas que se encuentran cerca de la jubilación y necesitan completar los años mínimos de cotización.
Para acogerse a este convenio, es necesario cumplir con ciertos requisitos, entre ellos, haber cotizado al menos 1.080 días (aproximadamente tres años) en los últimos 12 años. La base de cotización se elige de forma voluntaria y se paga una cuota mensual en función de la base seleccionada. Por ejemplo, si se elige una base reguladora de 2.000 euros, la cuota a pagar rondará los 500 euros mensuales.
Este convenio permite a los cotizantes mantener su derecho a una pensión sin necesidad de estar empleados. Aunque es una opción que implica un esfuerzo financiero, es una herramienta esencial para quienes desean asegurar su futuro económico.
Por tanto, los mecanismos mencionados, ya sean subsidios o el convenio especial, son recursos fundamentales para aquellos que no desean perder su derecho a una pensión, incluso cuando las circunstancias laborales no son favorables. Es posible seguir cotizando para la jubilación sin estar empleado, gracias a los subsidios del SEPE y los convenios especiales con la Seguridad Social. Estas herramientas permiten a los trabajadores mantenerse protegidos y asegurar un futuro financiero estable, incluso en los momentos de mayor incertidumbre laboral.