Este es el documento vital para que la Herencia se reparta como quieras

A la hora de repartir una herencia, es imprescindible una serie de documentos para que se cumplan los deseos de la persona fallecida.

Documento herencia

La documentación es clave para repartir una herencia

A la horade repartir una herencia, la ausencia de un testamento puede generar complicaciones en el proceso de sucesión de bienes y propiedades tras el fallecimiento de una persona.

En España, menos del 1% de la población ha realizado este trámite esencial, a pesar de las recomendaciones de los expertos que subrayan su importancia.

La elaboración de un testamento permite asegurar que los bienes se distribuyan según los deseos del fallecido, evitando que estos terminen en manos no deseadas o, en el peor de los casos, en las arcas del Estado. La imprevisibilidad de la vida hace que tener un testamento sea una medida prudente, incluso cuando se goza de buena salud y juventud.

Cómo repartir una herencia

El proceso comienza con la obtención del Certificado de Defunción en el Registro Civil durante los 15 días siguientes al fallecimiento. Este documento es importante para verificar la existencia de un testamento. En ausencia del mismo, el procedimiento de sucesión se complica y se rige por el Código Civil español.

Según el Código Civil, los hijos son los primeros herederos en caso de que no exista un testamento. Si alguno de los hijos también ha fallecido, su parte correspondiente se transfiere a sus descendientes directos, es decir, a los nietos del fallecido.

En situaciones donde además de hijos, el fallecido deja un cónyuge, este último tiene derecho al usufructo del tercio de mejora. Este derecho permite al cónyuge disfrutar de ciertos bienes con la obligación de conservarlos. La proporción de este usufructo se calcula restando la edad del viudo o viuda de 89. Por ejemplo, a un cónyuge de 60 años le correspondería el 29%, siendo el mínimo establecido del 10%, independientemente de la edad.

Problemas ante la falta de testamento

La falta de un testamento puede dejar al cónyuge en una posición vulnerable. El artículo 839 del Código Civil otorga a los herederos la potestad de decidir cómo se concede el usufructo al cónyuge, pudiendo optar entre una renta vitalicia, los productos de ciertos bienes, o un capital en efectivo. Esta situación subraya la importancia de tener un testamento que detalle claramente las intenciones del fallecido, evitando conflictos y posibles injusticias.

En ausencia de hijos, la herencia se divide entre los ascendientes, es decir, los padres del fallecido, con la mitad de la herencia destinada al cónyuge. Si no existen ni descendientes ni ascendientes, el cónyuge recibirá dos tercios de la herencia.

Si no hay descendientes, ascendientes ni cónyuge, los siguientes en la línea sucesoria son los hermanos del fallecido. En ausencia de estos, la herencia se reparte entre sobrinos, tíos y primos. Cuando no existen familiares hasta este grado, la herencia se transfiere al Estado. Entre 2015 y 2022, el Estado español recaudó más de 50 millones de euros provenientes de 414 herencias sin herederos.

La planificación de un testamento es una medida prudente para asegurar que los bienes de una persona se distribuyan de acuerdo con sus deseos y para proteger a sus seres queridos de posibles complicaciones legales y financieras. Aunque el trámite puede parecer innecesario en momentos de buena salud, es una garantía de tranquilidad para el futuro incierto.

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