Adiós a los 65 años: esta es la nueva edad de jubilación media en España

Por primera vez, la edad de jubilación media en nuestro país rebasa los 65 años, mostrando una tendencia al alza en la edad de retiro de los ciudadanos españoles.

Sube la edad de jubilación por encima de los 65 años

Por primera vez, España supera la edad de jubilación media por encima de los 65 años.

La dinámica de la jubilación está experimentando un cambio trascendental, marcado por un hito histórico en la edad de jubilación media que supera los 65 años por primera vez en la historia de la Seguridad Social.

La información de la Seguridad Social, revela que en el pasado año 2023 la edad media de jubilación alcanzó los 65,1 años, un nuevo récord que señala una tendencia ascendente en la edad a la que los trabajadores optan por retirarse.

Este incremento de tres meses con respecto a la cifra de 64,8 años registrada en el año 2022 pone de manifiesto la evolución gradual de las decisiones de jubilación.

Cambios en la edad de jubilación

Para contextualizar este cambio, es relevante señalar que en 2019, apenas hace unos años, la edad media de jubilación se situaba en 64,4 años. Este aumento constante sugiere una transformación en la percepción y planificación del retiro entre la población.

Diversos factores han contribuido a este retraso en la edad de jubilación. Entre ellos, las reformas implementadas por el Gobierno en la legislatura pasada han desempeñado un papel fundamental al endurecer las condiciones para acceder a la jubilación anticipada.

En particular, se aplicó un recorte en la futura pensión durante los dos últimos años previos a la edad de jubilación ordinaria. En la actualidad, la edad de retiro se sitúa en 66 años y seis meses, a menos que se hayan cotizado 38 años, en cuyo caso la edad de jubilación se reduce a los 65 años. Este cambio en las políticas gubernamentales ha impactado directamente en las decisiones de los trabajadores en relación con el momento de su jubilación.

En términos de estadísticas, las jubilaciones anticipadas representaron el 34,3% del total de las altas, marcando una disminución significativa en comparación con el 43% registrado en 2018. Este descenso en las jubilaciones anticipadas sugiere que los trabajadores están optando cada vez más por la edad de jubilación ordinaria, probablemente debido a las restricciones y cambios en los beneficios.

Asimismo, los incentivos introducidos por el Gobierno para fomentar el retraso en la jubilación han influido en este cambio de paradigma. La reforma de las pensiones, promulgada en la legislatura pasada, ha establecido incentivos específicos para aquellos que optan por postergar su jubilación. En 2023, el 8,1% de las jubilaciones se demoraron más allá de la edad ordinaria, representando un aumento de casi tres puntos en comparación con el 5,4% registrado en 2022. Este aumento en las jubilaciones retardadas sugiere que los trabajadores están respondiendo positivamente a los estímulos económicos ofrecidos para prolongar su vida laboral.

Jubilación demorada

Entre los incentivos destacados en la jubilación demorada se encuentran un incremento adicional del 4% en la pensión por cada año de retraso en la jubilación o una prima única de hasta 12.300 euros, dependiendo de los años cotizados. Estos estímulos no solo buscan alentar a los trabajadores a permanecer en la fuerza laboral por más tiempo, sino también garantizar una transición más suave hacia la jubilación, mitigando posibles impactos financieros.

Por tanto, la superación de la barrera de los 65 años en la edad de jubilación media marca un cambio significativo en el paradigma de la jubilación en el contexto de la Seguridad Social. Los factores económicos, las reformas gubernamentales y los incentivos específicos están dando forma a la forma en que los individuos planifican su retiro, evidenciando la importancia de adaptarse a las dinámicas cambiantes del panorama laboral y de la seguridad social.

Este fenómeno no solo refleja una transformación en las políticas gubernamentales, sino también una evolución en la percepción y las decisiones individuales en torno al retiro, destacando la necesidad de un enfoque flexible y adaptativo a medida que la sociedad envejece y las expectativas cambian.

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