Cada vez se utiliza menos dinero en efectivo y esto repercute, como no podía ser de otra manera, en la utilidad y la utilización de los cajeros automáticos. Hemos pasado a la era digital y con ella vienen de la mano los pagos a través de internet y con tarjeta en prácticamente todos los establecimientos. La caída del número de cajeros automáticos se ha dado como consecuencia de esta nueva vida, así como también el cierre de oficinas o las restricciones horarias de estas.
Los datos del Banco de España dan un poco de luz al asunto, y dictan que a cierre del tercer trimestre de 2023 contábamos con 43.620 cajeros automáticos en España, un 3,68% menos que el número correspondiente al tercer trimestre pero de un año anterior, en 2022. Es la cifra más baja que podemos ver en los registros desde que en el año 2000 se empezaron a medir estos terminales para sacar dinero, y es algo que es consecuencia de la modernidad en las grandes ciudades, ya que en la zona rural cada vez hay más demanda de cajeros.
El Banco de España, como parte del informe de seguimiento sobre la accesibilidad presencial de los servicios bancarios, confirma que los pueblos y aldeas de menos de 500 habitantes tienen una demanda superior de oficinas bancarias. «Los clientes habrían percibido, en general, un cierto deterioro en la accesibilidad a los servicios bancarios a lo largo de 2022 en los municipios sin oficina estable, pese al aumento en el número de puntos de retirada de efectivo en dichos municipios», recoge el Banco de España en el documento informativo.
La necesidad de cajeros automáticos en la España rural
En el año 2023, en comparación con el 2022, un total de 167 municipios en España han ganado un punto de acceso presencial a servicios bancarios a través de oficinas o, al menos, cajeros automáticos. Este resultado proviene de 223 poblaciones que obtuvieron un nuevo punto de atención, mientras que 56 municipios perdieron el último punto de acceso que les quedaba. De manera destacada, de los 223 municipios que ganaron acceso, 179 eran localidades con menos de 500 habitantes. Las poblaciones más afectadas por el cierre de su único punto de servicio también eran de tamaño reducido, registrando 45 cierres.
Es relevante señalar que la mayoría de estas adiciones de puntos de acceso no se llevaron a cabo mediante la apertura de nuevas oficinas de banco, sino a través de canales alternativos como agentes financieros, ofibuses, cashback o Correos Cash, entre otros. A pesar de estas ganancias, estos canales alternativos siguen siendo de uso minoritario, ya que la preferencia de la población sigue inclinándose hacia la atención en oficinas bancarias estables, donde cuenten con cajeros automáticos para, si lo desean, poder sacar el dinero en efectivo de inmediato.
A nivel nacional, el número total de puntos de acceso presencial a servicios bancarios experimentó una ligera disminución, ya que la reducción de oficinas no fue completamente compensada por el aumento en los canales alternativos. Entre 2021 y 2022, las oficinas bancarias disminuyeron un 7.2%, pasando de 19,014 a 17,648, mientras que los puntos de acceso mediante canales alternativos aumentaron un 1.6%, alcanzando los 50,672 puntos. Destacan los incrementos significativos en el número de ofibuses (+28.4%, hasta 787) y agentes financieros (+34.4%, hasta 2,299).