Lo que ocasionalmente, podría comenzar como un «ajuste técnico» que afecta a los despachos de Hacienda y Trabajo podría terminar, sin embargo, golpeando directamente al bolsillo de los que menos cobran.
Esta vez causa el revuelo la reforma del IRPF, la cual llega acompañada de una muy mala noticia para los trabajadores que tienen rentas bajas. Si bien en primera instancia podría parecer una simple cuestión burocrática, la verdad es que muchos de ellos recibirán, más pronto que tarde, una muy mala noticia: tendrán que pagar más IRPF, incluso en algunos casos, aunque estén en la parte más baja de la escala salarial.
La decisión de Hacienda
A partir del 1 de noviembre, según los detalles de una nueva normativa, las personas que estén en el paro o soliciten una prestación por desempleo deberán presentar su declaración de la renta. De entrada, llegar hasta aquí parece un simple trámite, pero el problema es que esto provocará que muchas personas que antes no estaban obligadas a declarar ahora sí estarán obligadas y eso acaba, en muchos casos, implicando tener que pagar.
¿El motivo? Al «meter en tarifa» a estos contribuyentes, es decir, hacerles declarar de forma oficial, es muy posible que les salga a ingresar. Por si faltaba poco, no solo los parados están en el punto de mira. Aunque el Ministerio de Hacienda asegure que no es totalmente así, el propio texto del Boletín Oficial del Estado (BOE) deja abierta una rendija para que el deber de declarar, ampliado a los trabajadores, afecte a un número considerable de personas con rentas bajas.
De este modo, el límite de los 22.000 euros de ingresos anuales, que exime a un número importante de personas de declarar sus ingresos, podría desvanecerse o desaparecer. Y aunque Hacienda sostiene que no es esa su intención, la confusión está servida.
Muchos contribuyentes tendrán que pagar
Muchos contribuyentes van a tener que pasar por caja si la medida que se quiere implantar sigue adelante. Los cálculos afirman que, si ganas 16.000 euros al año, tú deberás pagar unos 5,3 euros más de IRPF, que si tu sueldo anual sube hasta los 17.000 euros se dispara a casi 64 euros, y que si alcanzas hasta los 17.673 euros deberás abonar 111 euros extra. Para los sueldos bajos esos montantes no son ninguna tontería. Lo que asombra es que todo lo anterior ha ocurrido casi sin darse cuenta.
La reforma aparece en un Real Decreto que atañe a la protección por desempleo y sólo ahora empieza a explicarse su verdadero impacto. Aunque Trabajo sostiene que sólo es «informativa», Hacienda bien sabe que esto va mucho más allá, y que muchos van a tener que pasar por caja.
Así que, este fallo de Hacienda, que podría ser un simple malentendido, se cierne como una amenaza para apretar aún más a los que menos ganan. El golpe no será desmesurado, pero sí que será lo suficientemente molesto para que más de uno lo sienta en su cuenta bancaria y en sus finanzas una vez tenga que pagar en la declaración de la Renta.