El 1 de enero de 2025 es una fecha clave para millones de pensionistas. Como cada año, las pensiones se revalorizarán en función de la variación del Índice de Precios de Consumo (IPC) interanual, lo que garantiza que el poder adquisitivo de los jubilados, beneficiarios de pensiones de viudedad e incapacidad permanente, no se vea perjudicado por la inflación.
Para calcular el incremento de 2025, se tomará en cuenta la tasa de inflación media de los últimos doce meses previos a diciembre de 2024, es decir, desde diciembre de 2023 hasta noviembre de 2024.
El Instituto Nacional de Estadística (INE) será el encargado de proporcionar el dato adelantado de inflación de noviembre, que se publicará el 28 de noviembre de 2024. Esta cifra permitirá hacer una estimación bastante aproximada de cuánto se incrementarán las pensiones en el nuevo año.
Fecha para conocer la subida de las pensiones
La cifra definitiva del IPC que determinará la revalorización exacta de las pensiones será confirmada el 13 de diciembre, cuando el INE publique el dato final de la inflación.
En 2024, las pensiones contributivas subieron un 3,8%, tras un espectacular aumento del 8,5% en 2023, motivado por los altos niveles de inflación en el país. Por su parte, las pensiones no contributivas y el Ingreso Mínimo Vital (IMV) experimentaron un alza del 6,9%. En el caso de la pensión mínima de viudedad para quienes tienen cargas familiares, el incremento fue aún más significativo, alcanzando el 14,1%. Este tipo de pensiones se elevaron entre un 5% y un 7%, quedando por encima de la inflación en un esfuerzo por proteger a los pensionistas más vulnerables.
Estimación para 2025
Para 2025, las previsiones se muestran moderadamente optimistas, con un IPC que rondaría el 3%, en comparación con las cifras anteriores. El análisis de Funcas proyecta que la inflación se situará en torno al 2,7% en septiembre, el 2,9% en octubre y el 3,3% en noviembre. Con estas estimaciones, el IPC medio interanual se colocaría en torno al 3,06%, lo que daría lugar a una subida similar para las pensiones contributivas en 2025.
Adicionalmente, el Gobierno se comprometió a que las pensiones mínimas, las no contributivas y el IMV sigan una senda de incremento superior al de la inflación. El objetivo es que estas prestaciones alcancen en 2027 el 75% del umbral de pobreza para un hogar unipersonal, lo que supone un aumento del 22% acumulado desde 2024 hasta ese año.
En el ámbito de las reformas previstas para 2025, destaca el destope de la pensión máxima. Esta medida, que se prolongará hasta 2050, implicará un aumento progresivo de la pensión máxima inicial, sumando al incremento del IPC un 0,115% anual acumulativo. Se espera que, en 2025, la pensión máxima aumente en torno a un 3,615% como resultado de la suma del IPC interanual y el incremento adicional mencionado.
Asimismo, se aplicará un incremento del 10% en el complemento de la brecha de género, que continuará en 2025, como parte del compromiso por reducir las desigualdades económicas entre hombres y mujeres en el sistema de pensiones. Este complemento se sumará a la revalorización de las pensiones según el IPC, consolidando una tendencia de mejora en las prestaciones para los grupos más desfavorecidos.
Por tanto, 2025 promete ser un año clave para el sistema de pensiones en España, con incrementos ligados a la inflación y reformas que buscan mejorar la equidad y la sostenibilidad del sistema.