El mercado inmobiliario es implacable. Según Idealista, los precios de las viviendas en venta y alquiler se seguirán incrementando en 2025. La combinación de demanda creciente y escasa oferta es la causa de tal situación. El año 2024 pasará a la historia por culminar con un incremento de precios del 10 % respecto al año anterior, y lo peor de todo es que no parece que la avería vaya a detenerse. La ausencia de vivienda disponible conlleva una situación de «alta tensión» en el sector.
Algunos proyectos de obra nueva pueden hacer aumentar de manera muy marginal el volumen de unidades disponibles, pero no de modo suficiente para acercarse a la situación de equilibrio. Adicionalmente, la reciente caída de los tipos de interés lleva implícito el hecho de que la financiación es más asequible, lo que atrae a un mayor número de compradores que también aprieta aún más los precios. El mercado de alquiler no pinta nada halagüeño.
Casi, en niveles mínimos de oferta y con una feroz competencia entre arrendatarios, los precios continúan subiendo hasta llegar a niveles críticos en donde Idealista pronostica dos escenarios de mercado de alquiler para el 2025, y ninguno de ellos es positivo.
Idealista prevé más subidas en los precios
Idealista espera que en 2024 se firmen hasta 600.000 operaciones de compraventa, un leve crecimiento respecto a 2023. Ahora bien, no espera un gran cambio para 2025 a causa de la escasez de oferta. El problema que se plantea está en la «criminalización» de la edificación de vivienda durante los últimos años, luchando con la injerencia burocrática y el escaso horizonte de visión que ha registrado el despliegue del suelo. Para un comprador, tener acceso a vivienda será cada vez más difícil. Las familias deberán destinar más en el alquiler u hipoteca en relación a sus ingresos.
En la mayoría de los mercados, este porcentaje supera ya el tercio que, según comentan los especialistas, sería lo recomendado. Los tipos de interés, no obstante, han dado a los compradores un pequeño alivio en lo que respecta a la financiación, pero, por contrapartida, esto también provoca una mayor demanda de vivienda con el efecto colateral de una mayor tensión de precios. En el ámbito del alquiler, las cosas no son mucho mejores. Tal y como leemos en Idealista, para algunas áreas donde se aplican controles de precios, la oferta sigue reduciéndose a pasos agigantados. En el caso de Barcelona, por ejemplo, el stock de alquiler ha disminuido un 75 % en los últimos cinco años a causa de las políticas que se han aplicado. Para 2025, el experimento podría repetirse en otras muchas áreas en función de lo que se aplique.
Escalada del precio del alquiler
Idealista nos narra dos escenarios posibles para el alquiler en 2025. En el escenario menos pesimista, los precios seguirán escalando sin pausa, aunque lo harían mejor que el de la oferta, que se vería abocada a bajar de manera más moderada. En el peor de los casos, tal es el escenario, las actuaciones sobre el mercado causarían un colapso en la oferta, tal y como ya ha pasado en Cataluña, lo que llevaría a los propietarios a retirarse del mercado de alquiler (o a buscar un perfil de inquilino más exigente). Aunque en los primeros meses de 2025 podría parecer que nuestros ojos nos engañan,
Idealista nos explica que tal repunte sería un simple espejismo. En este sentido, el repunte del mercado obedece a la finalización de contratos de alquiler de cinco años firmados a raíz de la reforma de 2019. No se prevén cambios estructurales que suavicen la presión en el mercado. El futuro del mercado inmobiliario español es incierto. Por su parte, tanto compradores como inquilinos no tendrán más remedio que enfrentarse a unos precios elevados y a una oferta docena de viviendas. Las soluciones estructurales, es decir, construir nuevas viviendas y mejorar las políticas públicas para mantener el equilibrio, son clave para que la situación no se agrave más. Por lo tanto, 2025 se presentaba como un año complicado para quien busca aterrizar en el mercado.