En un fallo reciente, el Tribunal Supremo ha modificado la interpretación vigente respecto a la compatibilidad entre la pensión de incapacidad permanente absoluta y la posibilidad de realizar actividades laborales.
Esta decisión obliga al Instituto Nacional de la Seguridad Social a ajustar su criterio previo, marcando un cambio significativo en el tratamiento de estas prestaciones.
El caso que desencadenó esta decisión involucra a un peón agrícola que en 2017 perdió la visión y recibió una pensión de gran invalidez. Posteriormente, comenzó a trabajar para la ONCE, momento en el cual la Seguridad Social notificó que no podía seguir cobrando la pensión debido a sus ingresos por la venta de cupones. Tras una batalla legal, el Tribunal Supremo resolvió que la compatibilidad entre la pensión y el trabajo solo es posible cuando las actividades laborales son de «poca importancia» y no requieren alta en la Seguridad Social.
Cambios para la incapacidad permanente absoluta
Hasta ahora, la Ley General de la Seguridad Social permitía que las personas con una incapacidad permanente absoluta o gran invalidez realizaran actividades compatibles con el estado del incapacitado, siempre y cuando no representaran un cambio en su capacidad de trabajo. Sin embargo, los magistrados han subrayado que esta compatibilidad, en su forma actual, contradice la lógica y la sostenibilidad del sistema de prestaciones públicas.
El Tribunal Supremo ha interpretado que las «actividades» mencionadas se refieren a trabajos mínimos y residuales, no a ocupaciones permanentes que implican inclusión en el régimen de Seguridad Social. Esta reinterpretación responde a la necesidad de mantener la coherencia con la Ley General de la Seguridad Social, que define la incapacidad permanente absoluta como la inhabilitación completa para cualquier profesión u oficio.
Implicaciones para los pensionistas
La sentencia subraya que las prestaciones de incapacidad permanente están diseñadas para sustituir la pérdida de ingresos laborales debido a la imposibilidad de trabajar causada por la incapacidad. Si un trabajador sigue generando ingresos, no se cumple la condición de necesidad específica que justifica la prestación. En este sentido, el Tribunal Supremo sugiere que las personas con limitaciones laborales pueden explorar otras opciones como el teletrabajo o actividades relacionadas con la inteligencia artificial para así generar ingresos.
En respuesta a esta sentencia, la subdirección general de Ordenación y Asistencia Jurídica emitió una resolución el 13 de junio, estableciendo que se suspenderá el pago de la pensión de incapacidad permanente absoluta durante la realización de actividades laborales. La suspensión se fundamentará en la nueva doctrina del Supremo y se reanudará una vez cesen dichas actividades.
No obstante, para aquellos que perciben un complemento destinado a remunerar a la persona que les asiste la suspensión de la pensión no afectará a este complemento. Además, en casos donde el pensionista estaba compatibilizando la pensión de incapacidad permanente absoluta con un trabajo antes de esta resolución, se mantendrá la compatibilidad hasta que se inicie un procedimiento de revisión para evaluar si se mantiene el grado de incapacidad, siempre y cuando el interesado no haya alcanzado la edad de jubilación y no se haya iniciado ya dicho procedimiento.
Esta unificación de doctrina por parte del Tribunal Supremo redefine la relación entre la pensión de incapacidad permanente absoluta y la posibilidad de realizar actividades laborales. Con esta nueva interpretación, se busca asegurar la sostenibilidad del sistema de prestaciones y fomentar que las personas con limitaciones laborales exploren alternativas que les permitan generar ingresos sin depender exclusivamente de las pensiones públicas.