La depresión o un trastorno depresivo puede llegar a ser una limitación que afecta no solamente al bienestar anímico de los pacientes, sino también las posibilidades de trabajo. La interrogante de muchas personas que padecen enfermedades si se puede solicitar o no una incapacidad permanente a lo que la respuesta, lógicamente, varía en función de distintos parámetros biológicos, psicológicos, sociales. Lo verdaderamente importante será poder demostrar que la enfermedad acomete sobre el desarrollo profesional y el ámbito de lo privado.
La depresión no se limita a ser un golpe inesperado, sino que es una enfermedad constatada por la Seguridad Social, la cuál puede ser fuente de pensión por razón de incapacidad. Si la suma de síntomas que conforman la depresión te ha mantenido baja una, dos o más temporadas y observas que, sea cual sea el tratamiento que cursas, no mejoras, es posible que puedes cumplir con los criterios para iniciar la solicitud. Eso sí, no es un proceso fácil. Es condición necesaria contar con informes médicos muy pormenorizados que puedan autenticar tu proceso.
A continuación, te lo exponemos todo en relación a qué hacer para solicitar esta prestación y las consideraciones a mantener.
Incapacidad permanente por depresión: cómo solicitarla
El primer sigue el que deberás seguir si quieres solicitar la incapacidad permanente por depresión es verificar que se cumplen con los requisitos establecidos por ley. La Seguridad Social especifica que la enfermedad depresiva ha de ser crónica, ha de estar bien documentada y ha de demostrar que no ha habido respuesta para un tratamiento adecuado. También tendrás que demostrar que la depresión no te permite trabajar de la manera que lo hacías anteriormente. Esto es, deberás seguir ciertos pasos: Solicitar informes médicos actualizados. Tendrás que hablar con el psiquiatra o bien el psicólogo y pedir una serie de documentos que puedan certificar diagnóstico, tratamientos, etc. y las diferentes cuestiones que se relacionan a cómo los síntomas hacen mella en tu actividad de trabajo. Asegúrate de que la documentación esté muy completa. Adicionalmente a los informes médicos deberás obtener otros, como podría ser el historial laboral, los ingresos o los tratamientos cursados. Presentar la solicitud frente a la Seguridad Social. La posibilidad de hacerlo presencialmente u online a través de su plataforma. Recuerda poner todos los trámites y así no perder tiempo.
El Tribunal médico acreditará tu caso para concederte o no la incapacidad permanente. El proceso puede alargarse durante unos meses, pero una vez que ya lo tengas reconocido ya podrás cobrar su pensión.
Tipos de pensiones en función de la incapacidad permanente
La incapacidad permanente por depresión difiere entre los dos tipos principales:
- Incapacidad permanente total: se reconoce cuando no puedes llevar a cabo tu trabajo habitual, pero sí que puedes hacer algún otro trabajo distinto. Como tipo de pensión es el 55% de tu base reguladora, 75% aquél que tiene más de 55 años.
- Incapacidad permanente absoluta: se aplica cuando tu depresión es de tal magnitud que no puedes desempeñar ninguna actividad laboral. Aquí, la pensión es igual al 100% de tú base reguladora.
No todos los casos de depresión pueden llegar a ser considerados para una incapacidad permanente, dado que cada una será analizada como un caso concreto y la probabilidad de que se acceda a la pretensión dependerá del grado de la enfermedad que se acredite y de la calidad de la prueba practicada.