Cómo solicitar la incapacidad permanente por problemas de salud mental

Incapacidad permanente salud mental

Cómo afecta la salud mental a la incapacidad permanente

En los últimos años ha cobrado protagonismo el diagnóstico de incapacidad permanente por motivos de salud mental. La presencia de un trastorno mental grave puede determinar que una persona vea disminuida su capacidad para acceder al trabajo, apoyando su salud y su calidad de vida.

Para las personas que padecen esta situación, resulta necesario tener conocimiento, por lo menos, de los pasos para poder tramitar la incapacidad, así como de los requisitos a cumplir.

La incapacidad permanente por problemas de salud mental

La incapacidad permanente por trastornos mentales de salud se ocupa de resguardarse a aquellos trabajadores que, por haber padecido alguna enfermedad psiquiátrica grave no pueden ejercer su empleo de manera habitual o de manera segura. Así, la incapacidad permanente abarca desde problemas de salud mental como la depresión mayor, por ejemplo, hasta problemas mentales más complejos como puede ser la esquizofrenia o el alzhéimer en fases avanzadas.

En España, el procedimiento de solicitud varía en función del grado de severidad del trastorno mentales de salud y de cómo incida en las capacidades para trabajar. Para categorizar, se ha de pasar por una valoración que suele ser médica y cumplir unos requisitos a cumplir por el riesgo. Existen 4 grados de incapacidad permanente; parcial, total, absoluta y gran invalidez derivadas de distintos tipos de incapacidad, así como de constituir una protección de acuerdo con las necesidades de la persona trabajadora.

Requisitos para acceder a solicitar la incapacidad permanente por razones mentales

El primer paso a realizar es, saber si se cumplen los requisitos de cotización, teniendo en cuenta la edad del trabajador y el tipo de contingencia (accidente laboral o enfermedad común). Además, la persona interesada en la incapacidad permanente ha de estar en alta en la Seguridad Social y haber estado suficientemente dada de alta en la Seguridad Social.

Un ejemplo de incapacidad permanente sería el de la gran invalidez, que se encuentra reservado para el caso que se dan enfermedades mentales severas, en que la persona que trabaja necesita que le asistan constantemente, siendo necesario que la persona con incapacidad no haya llegado a la edad de jubilación. Además, ha de demostrar un tiempo mínimo de cotización en caso de la enfermedad provenga de una enfermedad común.

En el supuesto de la incapacidad permanente total, el cuadro clínico debe imposibilitar al trabajador para desarrollar las tareas fundamentales de su actividad, aunque exista otra para la que sí podría estar habilitado para su realización.

Procedimiento de solicitud por vía juzgada y administrativa

Una vez que el trabajador cumple los requisitos, puede dar lugar a la solicitud del reconocimiento de la incapacidad. Esta solicitud comienza en forma de valoración inicial donde un grupo médico evalúa el tipo de síntomas que presenta la persona y su historia laboral previa. La solicitud se realiza ante el tribunal médico de la Seguridad Social en la que se debe valorar la incapacidad del trabajador y donde se produce la emisión de un dictamen.

La solicitud, en caso de su rechazo en este tribunal médico, se puede reclamar administrativamente. Finalizada esta fase y si obtenemos respuesta negativa debemos interponer reclamaciones en la vía judicial. En este caso, no estaría de más ayudar al trabajador a contar bien con un equipo legal especializado que pueda, llegado el caso, interponer un recurso en el Tribunal Superior.

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