Existe un camino poco conocido para obtener una pensión de incapacidad permanente sin necesidad de realizar una solicitud formal. Aunque puede parecer sorprendente, es la propia Seguridad Social la que, en ciertos casos, toma la iniciativa de iniciar el proceso para otorgar este tipo de pensión.
El sistema de pensiones en España es robusto y multifacético, abarcando desde jubilaciones hasta pensiones por incapacidad permanente. Según datos recientes del Ministerio de Trabajo y Economía Social, cerca de un millón de personas reciben una pensión de incapacidad permanente, convirtiéndose en la tercera más común dentro del abanico de pensiones contributivas.
La mayoría de estos beneficiarios han tenido que solicitarla directamente, pero una parte reducida vieron cómo la Seguridad Social tomó las riendas del proceso, iniciando los trámites sin que el interesado tuviera que hacer nada en un principio.
Incapacidad permanente sin solicitarla
Este procedimiento automático se da en situaciones específicas, especialmente cuando un trabajador ha agotado el período de incapacidad temporal y se le ha dado de alta médica, aunque su estado de salud siga siendo incompatible con el desempeño de su trabajo habitual. En tales casos, la Seguridad Social evalúa si la situación médica del trabajador justifica el inicio de un expediente de incapacidad permanente, sin que sea necesario que el ciudadano lo solicite.
Este proceso es una salvaguarda que el sistema de Seguridad Social tiene para proteger a los trabajadores que, debido a su estado de salud, no pueden reincorporarse al trabajo con normalidad. A través de su página web, la Seguridad Social explica que esta medida se activa «cuando la incapacidad temporal se ha agotado y se considera que el trabajador podría estar en una situación de incapacidad permanente«. Es decir, la Seguridad Social actúa de oficio para asegurar que aquellos trabajadores que lo necesiten reciban la protección adecuada sin tener que atravesar un proceso de solicitud engorroso y, en ocasiones, desalentador.
Parte activa del proceso
Sin embargo, el hecho de que la Seguridad Social inicie el trámite no significa que el ciudadano esté fuera del proceso. Tras el envío de una notificación formal por parte del organismo, el trabajador debe completar un formulario de solicitud que se le proporciona, y tiene la opción de incluir cualquier documentación o comentario adicional que considere relevante para su caso. Una vez enviado el formulario de vuelta, la Seguridad Social tiene un plazo de 10 días para solicitar información adicional si lo considera necesario.
Posteriormente, el trabajador deberá someterse a una evaluación por parte del tribunal médico. Este paso genera cierta inquietud entre los solicitantes, debido a la abundancia de mitos que circulan al respecto. No obstante, el objetivo principal del tribunal es valorar de manera objetiva cómo la enfermedad o lesión afecta la capacidad laboral del trabajador, sin emitir juicios personales.
El proceso completo, desde el inicio de los trámites por parte de la Seguridad Social hasta la resolución final, no debe exceder los 135 días hábiles. Durante este tiempo, el organismo evaluará todos los aspectos médicos y laborales del caso para decidir si concede la pensión de incapacidad permanente y en qué grado, o si la deniega.
Por tanto, aunque muchos trabajadores creen que la única manera de acceder a una pensión de incapacidad permanente es a través de una solicitud directa, la realidad es que, en ciertos casos, la Seguridad Social puede intervenir proactivamente. Este mecanismo asegura que quienes están en una situación de vulnerabilidad no queden desprotegidos, agilizando el proceso y garantizando que las personas afectadas reciban el apoyo que necesitan sin enfrentar obstáculos innecesarios.