Si has cobrado menos en tu nómina de noviembre, no es un fallo, sino el típico ajuste que se hace al final del año. Muchas empresas revisan y corrigen las retenciones del IRPF en noviembre y diciembre para cerrar el ejercicio impositivo. Este movimiento podría tener una menor nómina mensual, pero se hace con un motivo: evitar sorpresas desfavorables en la declaración de la renta.
El IRPF (Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas) se calcula en función de los ingresos anuales y situaciones personales. A lo largo del año las empresas aplican un porcentaje estimado de cada nómina. Se hace teniendo en cuenta el ingreso bruto correspondiente, en su caso, retenciones que cumplan con la expectativa de la declaración de la renta. Si el porcentaje suministrado no es el correcto, el ajuste este se realiza en los últimos meses para evitar que tu nómina o tu retención tengan que pagar más en el siguiente ejercicio impositivo.
Esto no pasa a todo el mundo por igual. Los trabajadores con ingresos variables, como por ejemplo bonificaciones o comisiones, suelen ser los que más se sienten afectados. También lo experimentan aquellos que han cambiado de puesto de trabajo o han tenido cambios contractuales significativos a lo largo del año.
Reducción de la nómina
La menor nómina de noviembre se basa en la regularización del IRPF. Durante el año las empresas calculan las retenciones en función de la información que han recibido del consumidor, su salario anual y si hay alguno de los miembros de la familia que se ha visto alterado. Pero sí que es cierto que la misma puede variar. Si has recibido pagas extras de la empresa, bonificaciones o incluso si has cambiado el contrato, puede ser que tus ingresos de forma real hayan variado de lo previsto. Cuando ocurre esto, las empresas corrigen las retenciones en los últimos meses para alinearlas con las exigencias fiscales. Lo mismo sucede con la mínima retención del 2% que se mantiene al principio como los contratos temporales, ya convertidos en indefinidos, podrían hacer que el porcentaje proyectado inicialmente se mitigue.
De este modo, evitaremos que la declaración de la renta resulte con cantidades a pagar a Hacienda muy elevadas: cantidades del orden de los dos mil o de los tres mil euros -a nadie le gusta tener que enfrentarse a esto después de las fiestas.
Cómo eludir situaciones desagradables en próximas nóminas
Si bien es cierto que estos ajustes son responsabilidad de las empresas, también podemos ser nosotros quienes llevemos a cabo algunas acciones de control de nuestra situación tributaria. Las medidas que podemos implantar son las siguientes: comunicar cualquier cambio personal o familiar que sea relevante (nacimiento de un hijo, el cuidado de un familiar dependiente y el reconocimiento de una discapacidad), lo cual se puede hacer mediante la presentación del modelo 145 de Hacienda; si prevemos un incremento en la obtención de ingresos o hemos trabajado para más de una empresa a lo largo del año, avisar a nuestra empresa; de este modo ajustarán la plantilla de IRPF en nuestras nóminas y evitaremos las fuertes correcciones al cierre del año.
También se debe recomendar revisar periódicamente las nóminas en cuanto a las retenciones y la coherencia de éstas con los ingresos reales. Si bien el impacto de las regularizaciones puede parecer un fuerte golpe al bolsillo en un apuntalado mes de gastos, no se nos puede olvidar que el dinero retenido no desaparece. Las regularizaciones buscan equilibrar nuestras cuentas con Hacienda, haciéndonos la declaración de la renta más amigable. La nómina más ajustada de ahora nos puede evitar sustos financieros en un futuro próximo.