La incapacidad permanente es una de las pensiones más importantes de la Seguridad Social para quienes, debido a una enfermedad o accidente, ya no pueden ejercer su labor profesional de manera habitual.
Sin embargo, lo que muchos no saben es que hay circunstancias específicas que pueden llevar a perder esta prestación de forma parcial o total.
La incapacidad permanente se concede a aquellos trabajadores que, tras un accidente o enfermedad, ven mermada su capacidad para trabajar de manera significativa, al punto de no poder continuar en su puesto habitual o en cualquier otro trabajo. Dependiendo del grado de incapacidad, la pensión puede variar considerablemente, llegando al 100% de la base reguladora en casos de incapacidad absoluta o gran invalidez.
Sin embargo, a pesar de la estabilidad que puede ofrecer este tipo de prestación, existen tres errores fundamentales que pueden poner en riesgo no solo la pensión en sí, sino también el complemento a mínimos, un suplemento esencial para aquellos cuya pensión no alcanza la cuantía mínima fijada anualmente.
Motivos para perder la incapacidad permanente
El primer y quizás más común error es trasladarse a vivir al extranjero sin haber comunicado previamente esta situación al Instituto Nacional de la Seguridad Social (INSS). Es fundamental entender que el complemento a mínimos solo es aplicable para residentes en España. Si decides mudarte fuera del país, puedes mantener el derecho a recibir tu pensión de incapacidad permanente, pero perderás automáticamente el complemento a mínimos. Este complemento es clave para asegurar que el pensionista reciba la cantidad mínima establecida, y su pérdida puede suponer un golpe económico significativo para quienes dependen de esta ayuda para cubrir sus necesidades básicas.
El segundo error crítico es sobrepasar el límite de rentas establecido para cada año. Este umbral de ingresos se revisa anualmente y está recogido en los Presupuestos Generales del Estado. Para el año 2024, el límite se ha fijado en 8.482 euros anuales para personas sin cónyuge o con cónyuge no a cargo, y en 10.430 euros para aquellos con cónyuge a cargo. Si tus ingresos superan estas cifras y no puedes justificar de manera adecuada su procedencia, podrías perder el derecho al complemento a mínimos. Es vital llevar un control exhaustivo de los ingresos y, en caso de recibir una cantidad puntual, como una herencia, notificarlo al INSS para evitar problemas.
Declaración de ingresos
El tercer y último error que puede llevar a la pérdida de la incapacidad permanente es no presentar la declaración de ingresos obligatoria cada año. Aunque muchos pensionistas podrían estar exentos de presentar la declaración de la Renta debido a sus bajos ingresos, es imprescindible que realicen la declaración de ingresos ante la Seguridad Social. Este trámite es crucial, ya que permite al INSS verificar que el pensionista sigue cumpliendo con los requisitos para recibir el complemento a mínimos. La omisión de esta declaración, por descuido o desconocimiento, puede desencadenar la pérdida del complemento e, incluso, la revisión de la pensión.
Por tanto, mantener la incapacidad permanente y el complemento a mínimos requiere no solo cumplir con los requisitos médicos y económicos inicialmente exigidos, sino también evitar caer en estos errores comunes. La Seguridad Social es clara en sus normativas, y estar informado es la mejor manera de asegurar que no perderás un derecho tan crucial para tu bienestar. Mantente alerta y consulta siempre con un experto si tienes dudas sobre tu situación.