El año 2025 introduce modificaciones muy significativas en las nóminas de los trabajadores. Desde el 1 de enero, el Mecanismo de Equidad Intergeneracional (MEI) aumenta un pequeño incremento que va a tener impacto en el bolsillo de millones de españoles. Este impuesto, que está destinado a fortalecer el sistema público de pensiones, del 0,7 % pasará al 0,8 %, sin obtener una mejora impactante en la pensión futura de sus empleados.
El MEI es un índice cuya aplicación es obligatoria en las cotizaciones por jubilación. Las personas que trabajan más allá de la jubilación ordinaria no se ven afectadas por el mismo, dado que no cotizan para esta contingencia. En el resto de trabajadores, el mismo impuesto escalable, continuará aumentando cada año y deduciendo un porcentaje mayor de la nómina sin aumentar la base para calcular sus prestaciones futuras.
Esta medida, que ha entrado en vigor desde 2023, se destina a preparar el aterrizaje de la generación del baby boom (1958-1978) en el sistema de pensiones. Aunque su objetivo es fortalecer el sistema de pensiones, genera dudas y quejas en el sueldo de los trabajadores, merced a la reducción que introduce en su salario neto, sin ningún aumento o beneficio directo.
Qué es el MEI y cómo afecta a tu salario
El Mecanismo de Equidad Intergeneracional es un instrumento fiscal que reparte su carga fiscal entre empresas y trabajadores. En 2025 el 0,8 % del MEI se reparte así: el 0,67 % lo soportará la empresa y el 0,13 % el trabajador. Aunque la cantidad pueda parecer pequeña en términos absolutos, se termina acumulando con otras deducciones, lo que muchos trabajadores tienen que restar su salario neto, pero la consideración importante es que el MEI no participa en el cálculo de la pensión, lo que, en la práctica, se convierte en un impuesto para garantizar el sistema de pensiones sin retorno directo al cotizante.
Tal y como hemos podido observar, este aspecto provocó controversia, ya que muchos analistas lo catalogan como una penalización a los empleados en activo para cubrir el déficit del sistema, unas políticas que vieron la luz en décadas pasadas. El MEI aumentará, manteniendo su tendencia al alza, hasta 2050, y a partir de 2029, el porcentaje se estabilizará en el 1,2 %, repercutiendo también de forma equitativa entre el empleador y el trabajador, lo cual significa que, progresivamente, el porcentaje de descuento en nómina tendrá una tendencia ascendente y, además, irán disminuyendo, o incluso erosionando, el poder adquisitivo de los empleados.
Ayuda para las pensiones futuras
La instauración del MEI encuentra su razón de ser en un reto demográfico que es la jubilación masiva de la generación del baby boom, pues, entre los trabajadores del país, una parte importante de la población activa representada por los nacidos entre 1957 y 1977 se prevé que comenzará a jubilarse en un periodo de tiempo próximo, lo que implica una mayor presión sobre el sistema de pensiones, pues habrá menos trabajadores que cotizan y más pensionistas que percibirán prestaciones sociales.
El Gobierno se plantea conseguir un equilibrio financiero, pues, aunque el MEI busca asegurar el futuro de las pensiones, los empleados actuales no lo ven con tan buenos ojos. Pues ven cómo sus nóminas decrecen debido a un concepto que no ampara su futura jubilación. La subida anual del impuesto puede aún generar inquietud de cuál será su impacto a largo plazo.