Si tienes una de estas enfermedades, podrás solicitar una pensión por incapacidad permanente

Carta de la Seguridad Social

Pedir la incapacidad permanente se ha vuelto una necesidad para quienes su estado de salud no les deja continuar desarrollando su actividad laboral. El proceso, aunque riguroso, ofrece una vía de apoyo para quienes sufren de patologías graves o degenerativas que les limitan física o mentalmente, al otorgar una prestación económica ajustada al grado de incapacidad del afectado.

La Seguridad Social no cuenta con un listado oficial y cerrado de enfermedades que otorguen automáticamente el derecho a esta incapacidad. Sin embargo, existen varias dolencias reconocidas que, debido a su naturaleza incapacitante, suelen ser motivo frecuente de concesión.

Estas patologías pueden presentarse de forma progresiva o repentina, pero lo común en todas ellas es que, de alguna manera, impidan al trabajador seguir ejerciendo su profesión de manera eficiente.

Enfermedades para solicitar la incapacidad permanente

Entre las enfermedades más comunes que permiten solicitar la incapacidad permanente se encuentran: el aneurisma, la artritis reumatoide y psoriásica, la artrosis, el cáncer, las cardiopatías y la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC). Patologías de carácter crónico, como la esclerosis múltiple o el lupus, también suelen figurar entre los motivos más habituales para la concesión de la prestación. Otras enfermedades graves incluyen la insuficiencia renal crónica, las secuelas de un ictus, la demencia, así como trastornos psiquiátricos como la esquizofrenia o la depresión severa.

Asimismo, dolencias neurológicas como el Parkinson, la neuropatía y las secuelas de lesiones medulares pueden llevar a la solicitud de una incapacidad permanente, ya que comprometen de manera importante la movilidad y autonomía de quien las padece. En el caso de enfermedades autoinmunes como la colitis ulcerosa o la enfermedad de Crohn, los brotes severos y la necesidad de tratamientos prolongados suelen tener un impacto notable en la calidad de vida del trabajador.

Otras enfermedades para la incapacidad permanente

Sin embargo, no solo las enfermedades físicas son motivo para solicitar la incapacidad permanente. Trastornos psicológicos graves, como el trastorno bipolar, el trastorno de ansiedad generalizada o el estrés postraumático, también pueden ser considerados por la Seguridad Social, siempre que se pueda demostrar que impiden al afectado llevar a cabo su trabajo de manera regular.

Una vez diagnosticada la enfermedad incapacitante, el proceso para acceder a la prestación de incapacidad permanente implica presentar toda la documentación médica requerida y pasar por la valoración de un tribunal médico. No es un trámite sencillo, ya que la Seguridad Social evalúa minuciosamente cada caso. Además, la incapacidad permanente puede ser revisada en el futuro, y la prestación podría extinguirse si se observa una mejora en el estado de salud del beneficiario.

Esta es la lista de enfermedades para solicitar la incapacidad permanente: en octubre:

  • Agorafobia
  • Albinismo
  • Alcoholismo
  • Alzheimer
  • Aniridia
  • Apnea del Sueño
  • Artritis Reumatoide
  • Artrosis cervical
  • Ataxia
  • Cáncer
  • Cardiopatía Isquémica
  • Condromalacia Rotuliana
  • Hernia discal
  • Ictus
  • Lesión medular
  • Lumbalgia crónica
  • Lupus
  • Maculopatía
  • Migraña
  • Miopía Magna
  • Narcolepsia
  • Neuropatía cubital
  • Parkinson
  • Postpolio
  • Radiculopatía Lumbar
  • Retinopatía diabética
  • Retinosis pigmentaria
  • Rizartrosis
  • Síndrome de Goldmann-Favré
  • Síndrome de Marfan
  • Síndrome de Ménière
  • Síndrome de Raynaud
  • Síndrome de Sjögren
  • Síndrome de Südeck
  • Síndrome de Tourette
  • Síndrome del túnel carpiano
  • Síndrome subacromial
  • Siringomielia y Arnold Chiari
  • Stargardt
  • Trastorno Adaptativo Mixto
  • Trastorno bipolar
  • Trastorno de ansiedad

En octubre, las personas que sufran alguna de las enfermedades mencionadas van a poder iniciar el proceso para solicitar la incapacidad permanente, siempre y cuando puedan cumplir con los requisitos establecidos por la Seguridad Social. Aunque el procedimiento puede ser largo y requiere de pruebas médicas exhaustivas, las prestaciones de incapacidad permanente brindan un soporte muy importante para las personas que ven limitada su capacidad de ganarse la vida debido a su estado de salud.