La pensión por incapacidad permanente busca cubrir la pérdida de ingresos de los trabajadores que no están capacitados para trabajar. Esto puede ocurrir por una enfermedad o accidente, que limitan el desempeño de la persona afectada para realizar su profesión habitual.
La Seguridad Social ofrece esta ayuda económica a los trabajadores de cualquier edad, que no tienen la posibilidad de trabajar. Ahora bien, la cuantía correspondiente a la pensión es realmente importante para las personas mayores de 60 años. En este momento, se complica la posibidad de acceder al mercado laboral para seguir cotizando en el regimen de pensiones.
Pensión de incapacidad permanente para mayores de 60
Muchas personas que acceden a la incapacidad permanente lo hacen después de haber estado sometidos a tratamientos médicos para mejorar una incapacidad temporal.
Así, esta condición se concede a quienes «después de haber estado sometido al tratamiento prescrito, presenta reducciones anatómicas o funcionales graves, susceptibles de determinación objetiva y previsiblemente definitivas», tal y como explican desde la Seguridad Social.
Entre los requisitos para acceder a esta pensión no se incluye tener una edad mínima concreta, aunque sí deben haber cotizado a la Seguridad Social. De esta forma, se concederá al trabajador uno de los distintos tipos de incapacidad recogidas en la normativa:
- Incapacidad permanente parcial para la profesión habitual.
- Incapacidad permanente total para la profesión habitual.
- Incapacidad permanente absoluta para todo trabajo.
- Gran invalidez.
Con respecto a la cuantía que corresponde a cada trabajador, la Seguridad Social establece la pensión en función de la base reguladora de cada persona. Así, por norma general, la cuantía de la pensión por incapacidad permanente total equivale al 55% de la base reguladora.
Cuantías mínimas para mayores de 60 años
Como ya hemos dicho, la cuantía se establece en base al 55% de la base reguladora del trabajador. No obstante, las personas mayores de 60 años pueden ganar más dinero de la pensión si acreditan ciertas situaciones especiales.
Por ejemplo, si el beneficiario acredita que tiene un cónyuge a cargo y tienen entre 60 y 64 años, recibirán 905,90 euros mensuales, lo que se traduce en 12.682,60 euros anuales. Si no tienen cónyuge y viven solos, la pensión mínima se establece en 732,60 euros mensuales, es decir, 10.256,40 euros anuales.
En el caso de que las personas con incapacidad permanente mayores de 60 años acrediten que tienen cónyuge, pero no están a su cargo, podrán cobrar hasta 692,50 euros al mes, lo que suma 9.695 euros al año.
Para que la Seguridad Social establezca un mínimo en las pensiones, deberá tener constancia de que se cumplen los requisitos. Así, los interesados deberán presentar distintos documentos que constaten que se encuentran en estas situaciones especiales.