La situación económica en torno a las pensiones continúa siendo un tema delicado en España, y las medidas que buscan asegurar la sostenibilidad del sistema parecen tener un impacto directo en el salario de los trabajadores.
En este contexto, el Mecanismo de Equidad Intergeneracional (MEI) es una de las herramientas claves que el Gobierno ha implementado desde 2023, y se prevé que sus efectos se prolonguen hasta 2050.
Este mecanismo, en la práctica, supone una deducción progresiva de los salarios, lo que afectará de forma directa la nómina de los empleados durante los próximos años.
Cobrarás menos a fin de mes
El MEI se ha diseñado con el fin de garantizar que el sistema de pensiones, que actualmente enfrenta una presión considerable, pueda mantenerse estable ante el aumento inminente de jubilados pertenecientes a la generación del baby boom (nacidos entre 1960 y 1970). A medida que estas personas comiencen a jubilarse, el gasto en pensiones se incrementará notablemente, poniendo en riesgo la capacidad de la Seguridad Social de mantener las prestaciones sin que ello implique una carga excesiva para los jóvenes trabajadores.
A diferencia de lo que ocurre en otros países como Suecia, Portugal y Francia, donde se han implementado soluciones similares, el enfoque del MEI en España es progresivo, con incrementos anuales en las contribuciones tanto por parte de los trabajadores como de las empresas. En 2023, el recorte fue del 0,6%, con un reparto que dejó un 0,1% a cargo de los empleados y un 0,5% en manos de las empresas. Sin embargo, para 2024, la tasa ha aumentado al 0,7%, y en 2025 alcanzará el 0,8%, con la proporción de la carga distribuida nuevamente entre trabajador (0,13%) y empresa (0,67%).
El impacto sobre los salarios no es menor. Para un trabajador que recibe un salario bruto de 2.000 euros mensuales, la deducción por este «impuesto de las pensiones» será de aproximadamente 16 euros en 2025, de los cuales tres euros serán cubiertos por el empleado y 13 euros por su empleador. Aunque la cifra podría parecer insignificante, es importante tener en cuenta que esta tasa seguirá aumentando de manera gradual hasta alcanzar el 1,2% en 2029, lo que significará una reducción aún mayor de los ingresos netos de los trabajadores en los próximos años.
Un impuesto para pagar las pensiones
Lo que muchos desconocen es que el propósito del MEI no solo busca aliviar la presión sobre las generaciones más jóvenes, sino también nutrir el Fondo de Reserva de la Seguridad Social. Este fondo, que ha sido una fuente de preocupación en las últimas décadas debido a su agotamiento progresivo, espera recibir alrededor de 3.702 millones de euros anuales gracias a las aportaciones del MEI. De hecho, el objetivo del Gobierno es recaudar un total de 130.000 millones de euros para 2050, asegurando así la viabilidad del sistema de pensiones en el largo plazo.
La realidad es que estas medidas tendrán un efecto inmediato sobre la capacidad adquisitiva de los trabajadores, ya que cada aumento en la deducción del MEI se traduce en menos dinero en la nómina mensual. Las contribuciones que se esperan para cada empleado, en función de su nivel salarial, oscilarán entre 48 y 428 euros al año. Para muchos, esto significa un ajuste en su presupuesto, mientras que para las empresas representa una carga financiera adicional que deberán asumir en los próximos años.
Es importante recordar que el envejecimiento de la población es un fenómeno imparable, y las políticas en torno a las pensiones han dejado claro que la sostenibilidad del sistema dependerá de sacrificios compartidos entre empleados, empleadores y, en última instancia, el Estado. Sin embargo, el debate sobre si estas medidas son suficientes o si resultarán contraproducentes a largo plazo sigue abierto. Mientras tanto, los trabajadores deberán prepararse para ver una reducción paulatina en sus salarios debido al impacto de este mecanismo.