Si alguna vez has sentido que el trabajo prevalece sobre la vida personal más de lo que debería, una reducción de la jornada laboral podría ser la respuesta y solución que anhelas. Debido a que la reducción de la jornada laboral es también un derecho del que podrías hacer uso en caso que se cumplan las situaciones previstas por el ordenamiento.
Lo primero que tienes que saber es que la reducción de la jornada laboral está regulada por el aludido Estatuto de los Trabajadores. En resumen, tienes derecho a pedir una reducción de la jornada laboral condicionada al cuidado de alguien: tu hijo menor de 12 años, por ejemplo, o a atender a un familiar enfermo. Eso sí, ten en cuenta que la reducción establecida no puede ser inferior a un octavo, ni superar la mitad de la jornada laboral. Como podrás imaginar, no puedes solicitar una reducción de jornada y trabajar solo 2 horas al día.
Cómo solicitar la reducción de la jornada laboral
¿Y cómo se podría poner en práctica? El procedimiento no resulta excesivamente complicado. En primer lugar, plantea tu petición con un margen temporal de 15 días como mínimo. Recuerda que has de especificar en la propia misiva el motivo por el que solicitas la disminución y la opción de horario que prefieres; nada de esperar hasta el último momento y decir que a partir del lunes siguiente ya no puedes con todo.
Pero atención, la empresa tampoco está obligada a darte respuesta inmediata. Ellos también tienen su tiempo de valoración, aunque, si no te dicen nada en esos 15 días, es como si estuvieran asentando conforme a tu solicitud con un guiño. Eso sí, tu salario también se reducirá de forma proporcional, no se puede tener todo en la vida.
Solicitar sin justificar
Pero si debes reducir jornada, pero no tienes una causa tan manifiesta como cuidar a un niño o a un familiar enfermo, aquí ya la cosa se complica más. La ley no recoge la reducción de jornada «porque sí»; si deseas mejorar tu conciliación de la vida personal y la laboral, pero sin una causa concreta, tendrás que hacerlo de manera directa con tu empresa, regatear lo que puedas… quién sabe, quizás tengas suerte.
¿Y si la empresa te dice que no? La empresa ha de justificar bien y con claridad por qué tu reducción de jornada afectaría negativamente su operación. Si no lo hacen, podrías llegar incluso a reclamarlo legalmente. Eso sí, si de verdad te requieren a tiempo completo, es probable que te toque claudicar o buscar un término medio.
Así que ya sabes, si tienes la sensación de necesitar más tiempo para ti o para los tuyos, solicita esa reducción de jornada. No es el fin del mundo, incluso puede hacer que tu productividad y calidad de vida mejoren. Eso sí, siempre con la cabeza muy alta y a sabiendas que tienes la ley de tu parte.
Por otro lado, tendremos que seguir la actualidad para ver si al final hay reducción general de la jornada laboral, porque el Gobierno está en negociaciones para reducir las horas de trabajo semanales de los asalariados pero, de momento, no se ha llegado a ningún acuerdo y tenemos que seguir trabajando 8 horas al día, 40 horas semanales.