El inicio de este año 2024, ha traído consigo una noticia relevante que marca un cambio significativo en el panorama de las pensiones en nuestro país con la revalorización de la pensión de viudedad.
Este incremento tiene un impacto especialmente significativo para viudos y divorciados, cuya dependencia económica a menudo recae en el cónyuge fallecido. La revalorización del 6,9%, y en casos con cargas familiares, del 14,1%, representa un avance notable en términos de apoyo económico.
Uno de los cambios más recientes en la Ley General de la Seguridad Social ha sido la inclusión de los divorciados como potenciales beneficiarios de la pensión de viudedad. Esta modificación permite que los excónyuges y parejas de hecho, que hayan compartido una vida conyugal con el fallecido, accedan a un porcentaje de dicha pensión, ampliando así el alcance y el respaldo económico a un grupo más amplio de individuos que enfrentan la pérdida de un ser querido.
Subida de la pensión de viudedad
Con la entrada del nuevo año y un aumento de la inflación al 3,2% en noviembre pasado, la ministra de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, Elma Saiz, confirma un aumento del 6,9% en las pensiones mínimas de viudedad. Este porcentaje se eleva al 14,1% en situaciones con cargas familiares, equiparando estas pensiones a las de jubilación con responsabilidades familiares.
Este cambio tiene un impacto particularmente significativo para las mujeres, ya que representa el 95,8% de los beneficiarios de esta ayuda, destacando la importancia de estas prestaciones para las mujeres dedicadas al cuidado de los hijos.
En términos concretos, los viudos y divorciados que acceden a la pensión de viudedad recibirán un 3,8% más que el año anterior y un 6,9% adicional en caso de tener derecho a la pensión mínima. En el caso de la pensión mínima con cónyuge a cargo, la revalorización alcanza el 14,1%, marcando una diferencia significativa en las ayudas percibidas hasta la fecha.
Las cuantías mensuales varían según la edad y las circunstancias de los beneficiarios, oscilando desde 634,24 euros al mes para personas mayores de 60 años hasta un máximo de 3.174 euros mensuales, condicionado a complementos de otras pensiones o a altas cotizaciones del fallecido en años previos.
La base reguladora será la que determine el porcentaje de la pensión, variando del 52% al 70% según la situación laboral del fallecido y las cargas familiares del beneficiario. Estos cambios representan un paso importante en la equiparación de las pensiones de viudedad con las de jubilación, ofreciendo de esta manera un soporte económico vital para aquellos que han perdido a su cónyuge.
La revalorización y equiparación de las pensiones de viudedad no solo buscan proporcionar un apoyo económico más justo y adecuado a quienes han perdido a sus cónyuges, sino que también representan un reconocimiento a la labor y el cuidado que muchos dedicaron a sus familias a lo largo de sus vidas. Esta medida va a suponer un paso relevante hacia la equidad en el sistema de pensiones, reconociendo la diversidad de situaciones familiares y asegurando un respaldo más sólido para aquellos que atraviesan momentos de dificultad tras la pérdida de su ser querido.