Aceptar una herencia parece una bendición incondicional, pero no lo es. Detrás de esa herencia escondidas están deudas u obligaciones legales. El instinto puede hacer que te veas abrazando la herencia y aferrándote a ella, pero hay circunstancias que pueden jugar en contra. Y ahí es donde aparece entonces la gran pregunta: ¿hay vuelta atrás una vez has dicho «sí, acepto»? Una vez aceptas una herencia la aceptas con todo y lo que ello implica: activo y pasivo.
No es simplemente quedarte con una casa o con un dinero. Es quedarte además con las deudas pendientes, las hipotecas o con cualquier tipo de deuda que haya podido quedar en la penumbra. Lo complicado llega incluso cuando caes en la cuenta de que no es el «tesoro» que hubieses querido. Entonces, ¿puedes cambiar de opinión? Pues bien, la respuesta corta sería que no, al menos en la mayoría de los casos. Pero dado que en derecho siempre suele haber matices y excepciones que hace conveniente revisar.
Aceptar o renunciar: ¿cómo asumir una herencia sin sorpresas?
En derecho, la manera de aceptar una herencia se puede realizar de forma «pura y simple«, o «a beneficio de inventario«. La primera tendría el efecto de que se acepta todo: lo bueno y lo malo. La segunda permite que, antes de aceptar, se pueda ver lo que hay de bueno y lo que hay de malo. Este segundo camino es más que ideal si temes heredar más problemas que beneficios. Una vez has aceptado pura y simplemente, renunciar resulta imposible, salvo en supuestos excepcionales. Los académicos consideran que la única posibilidad de renunciar a esa aceptación radica en un error esencial, la coacción o el dolo.
Así, si en un momento determinado se te pasó por la cabeza que pudiera ser posible una respuesta en términos de «me arrepentí» respecto a las deudas de la familia, no lo tiene fácil la ley. Si uno acepta a beneficio de inventario, esa aceptación ofrece una seguridad extra que permite tener la oportunidad de mirar todo lo que uno quiera antes de quedar atrapado. Si en el inventario de la herencia hay más deudas que patrimonio, se puede renunciar sin que la aceptación perjudique el patrimonio personal de uno. Ahora bien, si uno ya ha aceptado como heredero y quiere volver atrás, eso sí que resulta complicado. En general, el derecho no permite retractarse, dado que la aceptación de la herencia es un acto irrevocable.
Excepciones para renunciar a la herencia
No obstante, existen determinadas excepciones que apuntan a que se podría llegar a anular la aceptación, lo que sucede concretamente en los casos de fraude o engaño. Ahora bien, si ya has aceptado sin haber sido informado de las cargas ocultas, es posible que te veas atrapado en tal aceptación. Pero, también es posible que puedas buscar algunas fórmulas legales a través de un abogado especialista en herencias. Pero no se engañen, se trata de situaciones excepcionales, complicadas, por lo que es eso, aceptar una herencia es un acto irrecuperable y aunque pudiera parecer que aceptar por sí mismo no comporta riesgos, no siempre es así.