El Consejo de Ministros ha aprobado un nuevo real decreto que establece una serie de cambios en las cotizaciones a la Seguridad Social, los cuales afectarán principalmente a los trabajadores con salarios más altos.
La medida, que comenzará a aplicarse a partir del 1 de enero de 2025, introducirá una «cotización de solidaridad«, una contribución adicional que reducirá los ingresos netos de aquellos que superen la base máxima de cotización, fijada en 4.720,5 euros mensuales para el año 2024.
Esta nueva cotización, cuyo objetivo principal es contribuir a la financiación del sistema de pensiones, forma parte de una reforma más amplia del sistema de Seguridad Social. La cotización de solidaridad se desplegará de forma progresiva durante los próximos 20 años, comenzando con un pequeño porcentaje en 2025 y aumentando gradualmente hasta alcanzar un porcentaje significativo en 2045. Según el Real Decreto 322/2024, de 26 de marzo, que regula esta medida, la cotización se iniciará con un 1% en 2025 y crecerá a razón de 0,25 puntos porcentuales cada año hasta alcanzar un 6% en 2045.
Salarios afectados por la Seguridad Social
El impacto de esta cotización se sentirá principalmente en los salarios que exceden la base máxima de cotización. En términos prácticos, esto significa que aquellos trabajadores cuyos ingresos superen los 4.720,5 euros mensuales verán cómo una parte adicional de su salario se destina a la Seguridad Social. La medida se aplicará por tramos, y el porcentaje de cotización dependerá del nivel de ingreso por encima de la base máxima. Para los ingresos que superen la base máxima en hasta un 10%, la cotización será del 5,5% en 2045. En el caso de aquellos que superen la base máxima entre un 10% y un 50%, el porcentaje se situará en un 6%, mientras que para los ingresos que excedan en más de un 50% la base máxima, la cotización alcanzará el 7%.
Cómo afecta a las empresas
Este incremento en las cotizaciones tendrá un impacto directo en los salarios netos de los trabajadores afectados, quienes verán reducida la cantidad que perciben mes a mes. Las empresas, por su parte, también asumirán una parte de esta nueva cotización, manteniendo la misma proporción que en la cotización por contingencias comunes. Según lo establecido en la normativa, la distribución del tipo de cotización entre el trabajador y la empresa se mantendrá equilibrada, con la empresa asumiendo un 5% y el trabajador un 1% de la cotización total en 2045.
La implantación de esta cotización adicional responde a la necesidad de garantizar la sostenibilidad financiera del sistema de pensiones en el largo plazo, en un contexto de envejecimiento poblacional y aumento de la esperanza de vida. Sin embargo, esta medida no está exenta de controversia, ya que implica una reducción directa del salario neto de los trabajadores con ingresos más elevados, lo que podría generar resistencia entre este grupo de la población activa.
Las empresas estarán obligadas a comunicar electrónicamente a la Tesorería General de la Seguridad Social (TGSS) los datos de los trabajadores afectados por esta nueva cotización, así como la información relativa a las retribuciones que excedan la base máxima. El plazo para el ingreso de esta cotización adicional finalizará el último día del mes siguiente a aquel en el que se abonen las retribuciones.
La entrada en vigor de esta medida representa un cambio significativo en el panorama de las cotizaciones sociales en España, y es probable que sus efectos se sientan de manera notable en los salarios netos de los trabajadores afectados a medida que la cotización de solidaridad se vaya incrementando en los próximos años.