Ya queda menos para que entren en vigor los cambios que el Servicio Público de Empleo Estatal (SEPE) va a aplicar con los subsidios de desempleo. Desde noviembre, algunas de las principales ayudas a los desempleados van a desaparecer, y otras van a cambiar de forma radical.
Uno de los cambios más importantes es que desaparecen la Renta Activa de Inserción (RAI) y el Subsidio Extraordinario de Desempleo (SED). La RAI, una ayuda para personas en desempleo durante mucho tiempo, será absorbida por un subsidio que se activará cuando se agote el paro. Por su parte, el SED ya no estará disponible.
Otras ayudas también dejarán de existir, como el subsidio dirigido a personas mayores de 45 años sin cargas familiares y el que se otorgaba a liberados de prisión serán eliminados del sistema. Estas medidas, que en su día fueron diseñadas para atender situaciones muy concretas, ahora serán reemplazadas por nuevos subsidios más amplios, según los planes anunciados por el Gobierno.
Los subsidios que mantiene el SEPE
Otros subsidios se mantienen, aunque con cambios en los requisitos y la forma de acceder a ellas. Uno de estos es el subsidio por insuficiencia de cotización, que seguirá disponible para quienes no alcanzan el mínimo de tiempo cotizado para recibir el paro. A partir de ahora, quienes hayan cotizado al menos 90 días podrán acceder a tres meses de prestación.
El subsidio para emigrantes retornados también se mantiene, al igual que el subsidio por incapacidad para personas con una pensión de invalidez. Además, el subsidio para mayores de 52 años, que es una de las prestaciones más demandadas, no desaparecerá, aunque podría experimentar ciertos ajustes en sus requisitos.
Esta transformación tiene como objetivo modernizar el sistema y adaptarlo a las nuevas realidades del mercado laboral. Según el SEPE, la unificación de los subsidios simplificará los trámites y reducirá las barreras para acceder a las ayudas. De este modo, los menores de 45 años podrían acceder a subsidios tras agotar la prestación contributiva, en situaciones específicas.
Cómo afectan los cambios del SEPE
El objetivo de los cambios es facilitar el acceso a los subsidios y fomentar la reinserción laboral, pero supone varios desafíos,. Por un lado, la simplificación del sistema podría facilitar la gestión de los subsidios, tanto para los usuarios como para el propio SEPE. La eliminación de subsidios específicos y la unificación de requisitos apuntan a hacer el sistema más eficiente.
Por otro lado, la reforma también podría significar menos beneficios para algunos colectivos. La unificación de subsidios, aunque positiva en algunos casos, podría generar una reducción en la cantidad recibida por los beneficiarios, lo que afectaría principalmente a los colectivos más vulnerables. Además, el endurecimiento de los requisitos para acceder a las ayudas podría suponer un obstáculo para quienes enfrentan más dificultades para reincorporarse al mercado laboral.
La reducción del número de subsidios podría suponer un ahorro para las instituciones, pero la ampliación de la cobertura a nuevos colectivos podría generar un incremento en el gasto público.
Por tanto, la reforma del SEPE es un cambio profundo en el sistema de prestaciones por desempleo. Con sus luces y sombras, busca optimizar el acceso a ayudas y adaptarse a las nuevas realidades del mercado laboral. Sin embargo, queda por ver cómo afectará realmente a los desempleados y si logrará cumplir con las expectativas de los beneficiarios.