La jubilación anticipada es una opción para aquellas personas que deciden retirarse antes de la edad legal establecida. Lo normal, es que se acojan a ella personas que han cotizado un elevado número de años y que además, tengan las rentas suficientes para vivir. Esto es importante, porque el inconveniente de solicitar esta pensión antes de tiempo, es que la cuantía de la misma se reduce exponencialmente.
Sin embargo, hay personas que consideran que tener tiempo libre, disfrutar de la familia o simplemente poder descansar antes de la edad prevista, es un lujo que si económicamente se pueden permitir ¿Por qué no acceder a él? No obstante, no todo el mundo puede acceder a esta situación. La Seguridad Social, que es el organismo encargado de las jubilaciones, establece una serie de requisitos.
Y es que no hay que olvidar, que desde el año 2013 sufrimos un sistema progresivo, que terminará en 2027, por el que cada año se retrasa la edad de jubilación. Por este motivo, actualmente una persona puede retirarse con el 100 por cien de la pensión en España si cumple alguna de estas dos circunstancias: Tiene 65 años y 37 años y nueve meses cotizados, o tiene 66 años y cuatro meses.
Esto significa, que la jubilación anticipada sufre el mismo progreso. Por tanto, solo las personas que hayan cotizado un mínimo de 37 años y nueve meses, podrán retirarse anticipadamente a los 63 años. De no ser así, deberá esperar a cumplir los 64 años y cuatro meses. Una situación que no exime de que el pensionista vea reducida su prestación económica.
Jubilación anticipada voluntaria
La jubilación anticipada voluntaria, es aquella, como su propio nombre indica, en la que es el trabajador quien decide dejar de trabajar. Es decir, solicita retirarse antes de llegar a la edad legal. En este caso, la normativa establece que pueda hacerlo como mucho dos años antes. Teniendo en cuenta la edad ordinaria de jubilación, esto podrá ser a los 63 años o a los 64 años y cuatro meses.
En este caso, la Seguridad Social exige haber cotizado un mínimo de 35 años. No obstante, la pensión sufrirá reducciones. Eso sí, estas dependerán de los años cotizados y la edad del solicitante. Por ejemplo, si el trabajador ha cotizado menos de 38 años y seis meses, y se retira dos años antes, el recorte será del 21 por ciento. Sin embargo, si solo se retira un año antes, el porcentaje disminuye hasta el 5,50 por ciento.
En el lado opuesto, podemos ver otro ejemplo. Si un trabajador acredita haber cotizado durante más de 44 años y seis meses, con dos años de adelanto el recorte será del 17 por ciento. Por su parte, si se retira solo un año antes, se reducirá un 4,75 por ciento.
La opción forzosa
La jubilación forzosa, o jubilación anticipada involuntaria, es la que se lleva a cabo por causas ajenas al trabajador. Es decir, en este caso, no es el trabajador quien decide retirarse sino que diferentes circunstancias, le pueden llevar a ello. En estos casos, es posible retirarse hasta cuatro años antes de la edad ordinaria. Sin embargo, también hay requisitos en cuanto a los años cotizados. De este modo, deben cumplirse al menos 33 años cotizados.
De esta manera, las reducciones también son diferentes. Por ejemplo, una persona que haya cotizado menos de 38 años y seis meses, si se retira cuatro años antes, sufrirá una reducción del 30 por ciento. En el caso de que sean tres años, será un 22,50 por ciento. Con dos años, un 15 por ciento. Y así, hasta el 5,50 por ciento con un año.
Si contemplamos a un trabajador que haya cotizado durante más de 44 años y seis meses, si se retira cuatro años antes recibirá un 24 por ciento menos de pensión. En el caso de que sean tres años, un 18 por ciento. Un 12 por ciento si son dos años, y un 4,75 por ciento si es solo un año.