Las amas de casa que nunca hayan cotizado también tendrán buenas noticias. Y es que, en el año 2025 las pensiones no contributivas de jubilación y de invalidez aumentarán en un 14,1% lo que supondrá uno de los incrementos más destacables en muchos años. Cabe resaltar que este incremento irá dirigido a miles de personas que utilizan este tipo de pensiones para poder llegar a fin de mes.
En el caso concreto de las pensiones no contributivas, la documentación del Instituto de Mayores y Servicios Sociales (IMSERSO) señalará que la pensión no contributiva aumentará desde los 517,90 euros al mes hasta los 590,92 euros al mes, más de 1.000 euros anuales o bien 8.272,93 euros anuales. La medida va dirigida a poder palear la situación de esas personas que no han podido cotizar lo suficiente como para formar parte del régimen de pensiones contributivas.
La pensión de invalidez aún aumentará más, con personas con una incapacidad igual o superior al 75% alcanzando un complemento del 50% en 2024 por valor de 776,85 euros mensuales frente a los 886,39 euros mensuales de 2025, casi 12.500 euros mensuales. Más seguridad económica para las amas de casa Las amas de casa se podrán ver beneficiadas por este aumento siempre que cumplan con los requisitos del IMSERSO (Instituto de Mayores y Servicios Sociales), ya que este tipo de pensión no contributiva forma parte de la ayuda económica, de la cobertura de la medicina gratuita y de los servicios sociales, incluso en el caso de no haber trabajado nunca.
Condiciones para la pensión
Hay que tener al menos 65 años, haber residido en España por un mínimo de 10 años, y no sobrepasar un límite de ingresos que en 2024 será de 7.250,60 euros anuales. Si se vive con la familia se computa la renta del hogar -revalorización de las pensiones no contributivas especialmente para las amas de casa que han dedicado su vida al cuidado del hogar y la familia a costa de una vida laboral que les permitiera cotizar.
Un paso más hacia la justicia social
El aumento de las pensiones no contributivas no sólo favorece a las amas de casa, también a otros grupos sociales desfavorecidos. Personas con una discapacidad, personas mayores en estado de necesidad que necesitan ayuda, a aquellas personas que han tenido dificultades para establecer una vida laboral, etc. modestamente colaboran con la política del Gobierno para asegurar la existencia de unos ingresos suficientes para el tipo de vida que conviene a las clases más desfavorecidas. Sin embargo, los expertos advierten de que queda mucho camino por recorrer hasta alcanzar unos ingresos como los de las pensiones contributivas. Con esta medida, se cambiará la pensión más baja de 129,48 euros a 147,73 euros, pero al mismo tiempo tranquiliza las almas de aquellas personas que cobran la pensión mínima.
Aunque son cifras de poca envergadura, si atendemos a quienes viven con un euro, son también un pequeño respiro, un poco de ayuda, un incremento que, al menos, vale algo. La figura de las amas de casa, tradicionalmente sospechosa de aportar algún beneficio, a la luz de las leyes laborales, avanzará con la nueva pensión que recibirán.
Para muchas de ellas, esta ayuda resulta ser la diferencia entre vivir con incertidumbre y una vejez digna; por fin, el esfuerzo nunca declarado de cuidar casas, familias y educar hijos empieza a ser considerado como tal.