La revalorización de las pensiones de jubilación llega a todos los beneficiarios del sistema de la Seguridad Social en España, que suman alrededor de 9.5 millones de personas. Sin embargo, solo el 45% de estos contribuirá a aumentar los ingresos fiscales debido a la naturaleza del impuesto sobre la renta y la cantidad de las propias prestaciones.
Existen dos categorías de pensionistas en España en términos del impuesto sobre la renta.
- La primera categoría está compuesta por alrededor de 5.3 millones de personas, las cuales están exenta de tributar por sus pensiones debido a que no alcanzan el mínimo exigido por Hacienda.
- La segunda categoría está compuesta con poco más de 4.2 millones de personas que sí tributan por sus pensiones.
Dentro del segundo grupo, la mayoría, aproximadamente 3.5 millones, se encuentran entre el mínimo sujeto a gravamen y la paga máxima del sistema público, que este año se sitúa en los 44.450 euros anuales. Los restantes, unas 700.000 personas, reciben montos superiores a esta prestación máxima al complementar la parte pública con planes privados que, en algunos casos, aportan sumas considerables.
IRPF asociado a las pensiones
Aunque todos los pensionistas se beneficiarán este año de un aumento en las pensiones del 3.8% en la parte correspondiente a la prestación pública para compensar la pérdida de poder adquisitivo por la inflación, solo una parte de ellos verá un aumento en su carga fiscal por el Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas (IRPF).
La mayoría de los jubilados, unos 5.3 millones, no están obligados a tributar y la revalorización irá íntegra a sus bolsillos. Pero en torno a 1.2 millones de pensionistas que reciben alrededor de 18.700 euros anuales, verán una cuota íntegra menor este año debido a cambios en las reducciones fiscales por rendimientos del trabajo diseñadas por el Ministerio de Hacienda.
Es a partir de este punto que los contribuyentes, aproximadamente tres millones de personas, comienzan a tributar más en comparación con el año anterior. La mayoría de ellos, unos 880.000 jubilados, se encuentran en el tramo de los 24.000 euros anuales y tributarán 265 euros más por persona. Esta cifra aumenta a medida que aumentan los ingresos, alcanzando los 612 euros adicionales per cápita en el tramo correspondiente a la pensión pública máxima y hasta los 744 euros más a partir de este límite.
La mayor parte de la recaudación adicional de las pensiones provendrá de los casi 600.000 pensionistas que rozan la cuantía tope del sistema. Aquellos que complementan su pensión con planes privados pagarán más por cabeza, pero al no sumar más de 175.000 personas, el impacto conjunto en los ingresos será mucho menor, apenas 109 millones de euros en total.
Estos subida de las pensiones va a tener repercusión negativa en un grupo reducido de pensionistas, que al cambiar de tramo en sus ingresos, no van a poder percibir una pensión superior a lo que lo venían haciendo durante el año 2023.
Por tanto, la revalorización de las prestaciones de jubilación beneficia, en líneas generales, a todos los pensionistas en España, pero solo una parte va a contribuir a aumentar los ingresos fiscales debido al funcionamiento del impuesto sobre la renta y a la variedad de situaciones económicas entre los beneficiarios.