A partir del año 2025, la jubilación en España se podrá llevar a cabo con diferencias. Las nuevas reglas de juego han pronunciado un poco más el umbral de la jubilación para aquellas personas que no logran algunos años de cotización como un camino para situar la sostenibilidad del sistema de pensiones. El cambio llegará a la planificación laboral y financiera de miles de trabajadores. Las personas que se hayan sentado durante 38 años y tres meses o más podrán seguir accediendo a la jubilación a los 65 años de edad.
Las personas que no puedan llegar a un determinado tiempo de cotización tendrán que esperar más. En el año 2025, como, por ejemplo, estas personas tendrán que tener 66 años y 8 meses de edad para jubilarse sin penalización, el año 2024, y dos meses más. Las variaciones también se recogerán las jubilaciones anticipadas. Las jubilaciones anticipadas tienen un coste mucho más alto y aumentan los requisitos de edad y de cotización. Por ejemplo, las personas que quieran jubilarse anticipadamente deberán tener un mínimo de 64 años y 8 meses si no han logrado los 38 años de cotización.
Cambios importantes de la jubilación ordinaria
Se va a ajustar de manera gradual la jubilación ordinaria, siguiendo un plan de asentar la jubilación a los 67 años para el año 2027. Este tipo de medida tiene por finalidad central lograr que el sistema de pensiones se perpetúe. Desde el punto de vista del trabajador de a pie, se organizará una reorganización de su planificación laboral. Los trabajadores con trayectorias largas, los que han cotizado durante 38 años y tres meses o más, seguirán situando la jubilación a los 65 años, aquellas personas que forman parte de una minoría, que pueden mantener la jubilación anticipada sin penalización.
Por lo que respecta al resto de las personas que no logren alcanzar el número de años indicados, verán que el tiempo hasta la jubilación ordinaria se incrementará hasta alcanzar los 66 años y 8 meses, de aquí a 2025. En definitiva, una de las causas que hace que se busque esta solución es el de equilibrar el número de personas que cotizan y el coste que tienen las pensiones. Para las personas que lo han previsto, los incentivos para retrasar la entrada con la jubilación pueden ser bastante buenos. La Seguridad Social incentivará a todas aquellas personas que extiendan su vida laboral con un complemento en la pensión.
Las jubilaciones anticipadas: más caras y más restricciones
La jubilación anticipada, que era hasta ahora una solución para muchas personas trabajadoras, se precipita al extremo con esta situación. Desde 2025 las personas trabajadoras que deseen anticipar su jubilación deberán cumplir más requisitos. Para las personas trabajadoras que tengan menos de 38 años de cotización, la edad de jubilación se incrementará hasta los 64 años y 8 meses. En el contraste, las personas trabajadoras que ya tengan más de 38 años de cotización deberán jubilarse voluntariamente a los 63 años, pero con penalizaciones por el hecho de haberlo hecho de forma anticipada.
Por cada mes que se anticipe la jubilación, se verá incrementada la cuantía de la pensión. Esto convierte la decisión en algo monetario para muchas personas trabajadoras. A largo plazo se busca desincentivar las jubilaciones anticipadas y así promover una vida laboral más amplia.
La variación de la edad de jubilación trae consigo diferentes retos para la persona trabajadora española, ya que a través de las penalizaciones de la jubilación anticipada o del acceso a la jubilación anticipada en el trabajo, la toma de decisiones laborales y económicas tendrá que adaptarse a las nuevas reglas del juego. A largo plazo se va a buscar el equilibrio del propio sistema de pensiones, aunque para ello tenga que ser exigido un esfuerzo que es adicional a las personas trabajadoras.