El Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones ha observado resultados alentadores en su esfuerzo por fomentar la prolongación de la vida laboral de los trabajadores más allá de la edad legal de jubilación.
Durante la pasada legislatura, se implementaron una serie de reformas en el sistema de pensiones con el objetivo de lograr este propósito. Estas reformas combinaron incentivos para demorar la jubilación y penalizaciones para desalentar la jubilación anticipada.
Al comenzar el año 2024, se evidencia un notable aumento en el número de personas que optan por jubilarse más tarde, con un incremento que ha llevado estas altas por jubilación demorada a representar el 10,5% del total, comparado con menos del 5% antes de las reformas. Previamente a la pandemia, esta cifra se situaba en el 4,9%.
Jubilación demorada
Estos datos señalan un impacto significativo de las medidas adoptadas, lo que ha llevado a una duplicación en la adopción de esta modalidad de jubilación. Esto se traduce en aproximadamente 50.000 nuevos jubilados inscritos, con una edad media de 68 años, en un lapso de dos años y dos meses.
La Seguridad Social ha contado con el apoyo de los empresarios y sindicatos en la implementación de estas reformas. Uno de los cambios clave fue dirigir los recortes hacia la pensión misma, fortaleciendo así el incentivo para demorar la jubilación. Desde enero de 2022, entraron en vigencia dos opciones para premiar el retraso voluntario de la jubilación: un aumento adicional en la pensión por cada año cotizado después de la edad ordinaria, y un pago único por cada año cotizado al momento de la jubilación, que oscila entre 4.700 y 12.000 euros aproximadamente.
Penalización para la jubilación anticipada
Asimismo, se han aplicado penalizaciones más severas para aquellos que optan por la jubilación anticipada, lo que ha llevado a una disminución en la proporción de estas altas en el total de jubilaciones, pasando del 30% al 20%. Estas penalizaciones son más pronunciadas cuanto más temprano se opte por la jubilación anticipada y se atenúan para aquellos con largas carreras de cotización.
Otro factor que está contribuyendo a la prolongación de la vida laboral es el aumento gradual de la edad legal de jubilación hasta los 67 años para el año 2027. Este aumento, combinado con las medidas de jubilación demorada, está elevando la edad media de jubilación hacia niveles más cercanos a la edad legal.
A largo plazo, se espera que el número de trabajadores que se jubilen más allá de los 65 años siga aumentando, con proyecciones que sitúan la edad media de jubilación en torno a los 66,6 años, muy cerca de la edad legal de jubilación de 67 años. Además, se prevé que casi el 28% de los trabajadores mayores de 65 años continúen trabajando y que más de la mitad de los trabajadores de esa edad retrasen voluntariamente su jubilación, gracias a las medidas de incentivo y penalización implementadas. Estos cambios son un reflejo y una tendencia hacia una prolongación de la vida laboral y un retraso en la edad de jubilación en línea con las proyecciones de un Gobierno que sigue buscando fórmula para poder sostener el sistema de pensiones en el futuro.