La OCU veta los coches de motor eléctrico de hidrógeno: este es el motivo

La Organización de Consumidores no cree que los coches de motor eléctrico de hidrógeno cumplan con los requisitos para venderse

Motor de hidrógeno, motor eléctrico

Los coches con motor eléctrico de hidrógeno están vetados por la OCU.

Un coche eléctrico tiene, en su mayoría de casos, una batería que cuenta con almacenamiento en base a energía, pero hay otra tecnología menos utilizada que se basa en la pila de combustible de hidrógeno (FCEV), y en la que la electricidad viene desde la reacción producida en el interior de una celda electroquímica, entre el hidrógeno de los tanques y el oxígeno del aire. El motor eléctrico podría ir por esta vía, que como residuo produce una pequeña cantidad de agua y calor, almacenando con la electricidad producida una pequeña batería que hace funcionar el motor eléctrico, pero la OCU se ha posicionado en contra de este modelo.

El hidrógeno con el que conseguiríamos hacer funcionar el coche de motor eléctrico se almacena en uno o varios tanques presurizados, que por norma general están bajo el vehículo y deben ser rellenados en una estación de repostaje especial, como se hace con los coches de motor de combustión y en un proceso similar de llenado.

Sin embargo, las dudas comienzan con respecto a la sostenibilidad de los coches de motor eléctrico movidos por una pila de combustible, con un hidrógeno verde que debe ser el que lo alimenta y que es el que se produce a partir de fuentes de energía renovable, caso de la energía solar o la eólica, en un proceso de electrólisis del agua. El hidrógeno verde se considera fuente de energía limpia y sostenible, que no produce emisiones de gases de efecto invernadero.

Las quejas de la OCU sobre el motor eléctrico de hidrógeno

La Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) ha lanzado un informe detallando las actuales ventajas y desventajas de la tecnología de vehículos de hidrógeno, con el objetivo de orientar a los consumidores sobre la viabilidad y conveniencia de adquirir este tipo de automóviles en la actualidad.

Según la OCU, el coste del hidrógeno se sitúa alrededor de los 10 euros por kilogramo, implicando un desembolso de aproximadamente 800 euros en combustible de hidrógeno por cada 10.000 kilómetros. Aunque este costo es ligeramente inferior al generado por un automóvil a gasolina de última generación, que se estima en unos 1.200 euros por cada 10.000 kilómetros, la organización advierte que el ahorro no justifica el elevado coste de adquisición de los vehículos de motor eléctrico de hidrógeno.

En comparación, un coche eléctrico de batería resultaría significativamente más rentable, tanto en términos de precio de compra como de costos operativos, que se estiman en alrededor de 400 euros en electricidad por cada 10.000 kilómetros.

Además de las consideraciones económicas, otro desafío significativo para los coches de motor eléctrico de hidrógeno es la infraestructura de recarga. Aunque el proceso de repostaje es similar al de vehículos de gasolina o diésel, la red de puntos de recarga para hidrógeno es escasa, según la OCU, con aproximadamente unos 20 puntos disponibles en toda España para este tipo de vehículos. Este factor limitante contribuye a la evaluación global de la OCU, que sugiere que, en la actualidad, los vehículos eléctricos de batería pueden ser una opción más viable tanto en términos económicos como de infraestructura de recarga.

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