Al iniciar una dieta, los expertos en nutrición seleccionan cuidadosamente los alimentos más beneficiosos para incorporar en ella, basándose en diversos criterios como el contenido bajo en grasas, la riqueza en nutrientes esenciales y su capacidad para promover la saciedad.
En este contexto, ciertas especias que usamos cotidianamente en la cocina juegan un papel crucial en la nutrición. Un ejemplo destacado es la canela, una de las especias más comunes en diversas recetas.
Nutrientes aportados por la canela
La canela proviene de la corteza interna de árboles del género Cinnamomum y es valorada tanto por su distintivo aroma como por sus beneficios culinarios y medicinales. De acuerdo con información del Departamento de Agricultura de los Estados Unidos (USDA), una cucharada de canela molida contribuye con aproximadamente 4.1 gramos de fibra, alrededor de 78 miligramos de calcio y 0.8 miligramos de hierro.
Además, esta especia es rica en manganeso y antioxidantes como el cinamaldehído, la epicatequina y otros polifenoles. También contiene pequeñas cantidades de potasio, vitamina K y vitamina E.
Beneficios de la canela para la salud
Control del azúcar en la sangre
La canela es reconocida por su eficacia en mejorar la sensibilidad a la insulina y en regular los niveles de azúcar en la sangre, siendo especialmente útil para personas con diabetes tipo 2.
Propiedades antiinflamatorias
Esta especia incluye compuestos con propiedades antiinflamatorias que ayudan a mitigar la inflamación en el cuerpo, beneficiando así la prevención de enfermedades como el cáncer.
Mejora de la digestión
La fibra en la canela favorece la salud digestiva, facilitando el tránsito intestinal y previniendo problemas como el estreñimiento.
Propiedades antimicrobianas
La canela también posee la capacidad de combatir infecciones bacterianas y fúngicas, incluyendo a organismos como la Candida, gracias a sus efectos antimicrobianos.
Apoyo a la salud cardiovascular
Investigaciones indican que la canela puede mejorar varios factores de riesgo asociados a enfermedades cardíacas, incluyendo niveles de colesterol, triglicéridos y presión arterial alta.