Los niveles de colesterol en sangre pueden alterarse por muchos motivos. Uno de los más habituales es la ingesta de alimentos ricos en grasas que solo perjudican el organismo, y en concreto, el sistema circulatorio. No obstante, también existen otras razones por las que muchas personas desarrollan más grasa de lo normal en las arterias, sin necesidad de comer este tipo de alimentos.
El colesterol se encuentra en todas las células del cuerpo, por lo que es fundamental para que se realicen las funciones vitales en nuestro interior. Sin embargo, existen dos tipos de colesterol: el colesterol bueno (HDL) y el colesterol malo (LDL). Y es importante diferenciarlos para comprender por qué debemos evitar uno, y propiciar el desarrollo del otro.
Ambos son lipoproteínas que se transportar desde el hígado y el estómago hacia el intestino. No obstante, el HDL regresa al hígado y desde allí es eliminado, pero no ocurre lo mismo con el LDL. Este puede alojarse en las arterias y obstruir el torrente sanguíneo si hay mucha sangre. Lo cual conlleva un gran riesgo de sufrir enfermedades cardiovasculares y otros problemas.
¿Cómo afecta la alimentación al colesterol?
Según los expertos de Medline Plus, sufrir colesterol alto puede heredarse de generación en generación. Aunque en la mayoría de los casos este problema se debe a un cúmulo de malos hábitos que están haciendo que nuestro cuerpo no deseche la grasa de una manera adecuada.
Y es que la alimentación es esencial para tener los niveles de colesterol equilibrados. Ahora bien, ¿cómo sabes que estamos comiendo una dieta libre de grasas?. Muchas personas piensan que no están incorporando en su dieta este tipo de nutriente en grandes cantidades porque no incluyen bollería, alimentos precocinados o comida rápida en su alimentación de forma habitual. No obstante, ¿sabías que también puedes elevar los niveles de colesterol comiendo pechuga de pollo o pavo a diario?.
Entre otras cosas, los alimentos que debes evitar en tu dieta incluyen aquellos ricos en grasas saturadas. Pero esto también afecta a los embutidos que creemos ‘sanos’, pero que en realidad solo contienen el 60% de carne en su composición. Manuel Viso, el jefe de Urgencias del Hospital San Rafael A Coruña, informa desde la web de la institución que: «El otro porcentaje proviene de agua, aditivos y fécula de patata, un azúcar que se transforma en grasa y en colesterol».
La importancia de la actividad física
Por todo lo dicho anteriormente, es importante que mires la etiqueta de todos los productos que consumes antes de hacerte esa pregunta. Ya que puede que estés pensando que no estás consumiendo ningún tipo de grasa, cuando realmente estás haciéndolo de forma que ni siquiera te des cuenta.
En cualquier caso, no solo la alimentación afecta al desarrollo de niveles altos de colesterol en sangre. Además, la falta de actividad física que permita eliminar todos los desechos de grasa del organismo también puede hacer que se acumule grasa en las arterias.
Por esta razón, es importante que cada día inviertas un tiempo en practicar ejercicio y hacer deporte para mantenerte saludable. Por ejemplo, caminar, montar en bicicleta o salir a bailar son formas muy positivas de activar tu cuerpo y sentirte de la mejor manera posible. No solo reduciendo el colesterol en sangre, si no mejorando tu sistema circulatorio, digestivo, nervioso, y otras muchas cosas más.