La Agencia Estatal de Meteorología (AEMET) emite la advertencia del fenómeno meteorológico adverso que pueda invadir la seguridad de los ciudadanos y, dependiendo del nivel de peligro (amarillo, naranja y rojo), será o no importante en la jornada laboral, acercándose al nivel naranja o rojo. En función de ellos, la norma laboral española permite la adopción de disposiciones en concreto con la finalidad de proteger a los trabajadores. En el contexto de alerta naranja o roja, la ministra de Trabajo Yolanda Díaz, ha recomendado que los trabajadores no acudan a las nociones laborales en las zonas afectadas.
La recomendación efectuada, aparte de la seguridad individual intenta evitar incrementar el riesgo colectivo de realizar una actividad innecesaria para ir a la jornada laboral. Asimismo, los trabajadores que no puedan acudir al trabajo por la alerta meteorológica también verán compensada su ausencia con salario y cotizaciones.
Este aspecto está respaldado por la norma del Real Decreto-ley 4/2023, de mayo de 2023, que resalta que las condiciones de trabajo se deben adaptar a los fenómenos meteorológicos adversos, como el cual también establece que la jornada laboral puede ser modificada o incluso interrumpida si la alerta naranja o roja llega a amenazar la seguridad de los trabajadores, intervención que afecta principalmente a las ocupaciones que se hacen al aire libre y a lugares donde la actividad no puede interrumpirse.
¿Y cuáles son las modificaciones de la jornada laboral en alerta?
En el momento en que AEMET emita las alertas naranja o roja, la norma permite la modificación de la jornada en las zonas afectadas, una cosa que quiere decir que los trabajadores que realicen la ocupación pueden reducir o modificar su jornada laboral dependiendo del estudio de la gravedad atribuible al fenómeno. La norma exige que, a raíz de situaciones meteorológicas adversas, las condiciones de trabajo sean revisadas y modificadas.
Si las medidas preventivas para garantizar la seguridad no son suficientes, la empresa tiene que adoptar cambios de horario o de duración de la jornada laboral; cambios no solo aplicables a actividades profesionales al aire libre, sino que también se extendían para espacios laborales en los que las condiciones específicas del desarrollo de la actividad aumentan el grado de riesgo de realizarla bajo condiciones meteorológicas de riesgo. El espíritu de la norma es evitar generar que las personas trabajadoras tengan que exponerse a los peligros de origen meteorológico, favoreciendo así el bienestar y disminuyendo el riesgo de sufrir accidentes laborales.
Jornada laboral en situación de alerta roja
Tal y como dice la ministra Yolanda Díaz, no tendrían que acudir a su puesto de trabajo en estas circunstancias. La alerta roja se establece solamente en situaciones de peligro extremo como lluvias torrenciales o fuertes vientos. En estos casos, las administraciones públicas consideran una recomendación evitar movernos y ser lo más precavidos posible. Por eso, la no asistencia a la jornada de trabajo queda plenamente justificada, ya que la persona trabajadora no va a ver modificado ni su salario ni su cotización. Estas medidas son un avance considerable en relación a la protección de los trabajadores frente fenómenos meteorológicos. A su vez, se trata de un elemento más para promover una cultura de la prevención en los desplazamientos y en los mismos lugares de trabajo, además de adaptar la jornada laboral a través de las condiciones que se den en cada momento.